Una noche adorable
Habían pasado tres días después de que Partonio se uniera a la tropa cuando llegaron a la siguiente ciudad. Su nombre era Thildaz y vivían de lo que producían las minas de sal que se encontraban cerca. Eliawain los guió por un estrecho congosto que desembocaba en una planície y la entrada a la ciudad.
─Era totalmente necesario pasar por aquí, Eliawain? ─preguntó Edd que se veía en dificultades para que su caballo pasara.
─Sí Edd ─respondió Eliawain─. Ir por la otra parte habría sido enfrentarnos constantemente a ataques orcos.
─Pero esto no es divertido ─dijo Lem poniendo morritos.
Al anochecer llegaron a las puertas de la ciudad y un par de soldados muy amables les dejaron pasar después de obtener sus nombres. Guiados por Edd, que ya había estado en la ciudad, llegaron a la posada de la Cabeza del León.
Todos dejaron los caballos en los establos de la posada y se dispusieron a descansar.
─Era totalmente necesario pasar por aquí, Eliawain? ─preguntó Edd que se veía en dificultades para que su caballo pasara.
─Sí Edd ─respondió Eliawain─. Ir por la otra parte habría sido enfrentarnos constantemente a ataques orcos.
─Pero esto no es divertido ─dijo Lem poniendo morritos.
Al anochecer llegaron a las puertas de la ciudad y un par de soldados muy amables les dejaron pasar después de obtener sus nombres. Guiados por Edd, que ya había estado en la ciudad, llegaron a la posada de la Cabeza del León.
Todos dejaron los caballos en los establos de la posada y se dispusieron a descansar.
─Me voy a dar una vuelta ─dijo Lem sonriendo.
─Voy contigo, Moi ─dijo Eliawain
─¡Vale!
─Pero Eliawain ponte casco por si te pisan ─rió Edd.
─Ñañañaña ─dijo Elian mosqueado.
Lem y Eliawain se marcharon de la posada y el resto se quedaron en la posada.
Pasó poco tiempo hasta que se hizo hora de cenar. Fué entonces cuando entró ella. Iba acompañada de dos hombres altos que portaban instrumentos musicales. Tenía los ojos marrones y el pelo negro suelto. La muchacha avanzó hacia la tarima que hacía de escenario y junto con sus dos acompañantes empezaron a tocar mientras la dama cantaba.
Todos aplaudieron, incluso Eliawain y Lémoilas, que acababan de llegar guiados por la hermosa voz de la mujer. Los tres artistas siguieron tocando toda la noche hasta que sólo quedaron nuestro grupo de aventureros y un extraño elfo que se encontraba en la parte más oscura de la posada, que se habían quedado fascinados por la voz de la mujer.
Acabaron el concierto pooco después y empezaron a recoger. Los dos músicos se quedaron recogiendo y la muchacha avanzó hacia la barra a reclamar su paga.
─Nosotros nos vamos a dormir ─dijo Edd señalando a Cristán y a Partonio.
─Vale ─respondió Moi─. Eliawain y yo nos acabamos la cerveza y su agua y nos acostamos.
─Hasta mañana ─dijo Cristán mientras él y sus dos amigos se subían a dormir.
Cuando se hubieron ido, los dos músicos acabaron de guardar sus instrumentos y siguieron a la dama fuera del local. Eliawain y Lem siguieron con la mirada las tres figuras. Hubieron salido cuando el primer músico dijo a la muchacha:
─Lo siento Ryn. Hemos decidido acabar con nuestra sociedad.
Los dos músicos sacaron una faca cada uno y miraron a la chica, que estaba de espaldas.
─¿Por qué, Jupp? ─respondió Ryn sin voltearse─. Sabes perfectamente que sin mí no sois nada.
─Cállate estúpida ─ordenó el otro músico─. Por eso mismo te odiamos. No nos valoran igual porque tu estás cerca y sólo te ven a ti.
─Así que es envidia... ─respondió Ryn─. En ese caso no puedo hacer nada.
La mujer lanzó una patada hacia atrás que impactó en el pecho del tal Jupp, que se encogió de dolor. Sin embargo el otro le golpeó en el rostro con el reverso de la mano. Ryn gritó y rápidamente los tres que quedaban en la taberna fueron a la puerta. Lem y Eliawain se arrojaron a por los dos tipos que estaban golpeando a Ryn. El desconocido que había visto la actuación se arrojó hacia Jupp golpeando sus costillas con la bota y rompiéndole un par. Lem desenvainó.ç
Dibujo de Lemoyx coloreado por Stalwart |
─Eliawain déjamelo a mí ─dijo confiado.
─Moi aún no estás bien ─replicó el mago─, no deberías pelear.
─Eliawain en serio, déjamelo.
─Como veas pero si te mueres tendré que quemar toda la ciudad.
─Que sííííí ─suspiró Lem.
El músico atacó con su cuchillo a Lem que lo esquivó y golpeó con la parte roma de su katana la nuca del asesino.
El músico volvió a atacar a Lem pero éste lo esquivó y le hizo la zancadilla, provocando que el músico cayera.
─¡Deja de humillarme maldito orejudo! ─dijo el músico.
─Como quieras ─dijo Lem mientras cogía bien su espada.
El músico saltó sobre Lem, que a su vez saltó con su espada desenvainada.
Ambos aterrizaron donde antes había estado el otro. Hubieron unos segundos de incertidumbre hasta que Lem se irguió y envainó su espada. El músico tosió sangre y se desplomó, inconsciente.
El otro hombre había derrotado también a su oponente, que tenía varios cortes en el pecho.
─Hola, soy Lem ─dijo Lémoilas─. ¿Estás bien?
─Eso, ¿estás bien? ─preguntó Eliawain.
─Sí, sí gracias... ─respondió la muchacha─. Sin mi arco no soy nada...
El hombre extraño los miró.
─¿Quiénes eran estos tipos? ─preguntó Lémoilas.
─Mis antiguos socios ─respondió Ryn─. Mi nombre es Emiryn y él es mi nóvio Paragul.
─¡¿Paragul?! ─Eliawain se estremeció al oír ese nombre─. ¿Te refieres al famoso héroe de guerra Paragul?
─Ese mismo ─respondió Ryn sonriendo feliz.
─Yo me llamo Lem ─dijo Lémoilas─. ¿Queréis uniros a nuestro grupo aventurero para matar a un dragón?
─¡MOI, PERO SI NO LOS CONOCEMOS! ─dijo Eliawain.
─Vale ─rió Emiryn─. Me parece bien. Parece divertido y vosotros buenas persónias. Uuuuuuy ─dijo Ryn tapándose la boca─. Personas.
Todos rieron menos Paragul que se había sentado sobre una roca y tallaba una figura de madera.
─¿Tenéis caballos? ─preguntó Eliawain
─Tenemos un carro de caballos ─dijo Paragul con voz firme y serena.
─Que guaaaay ─dijo Moi─. ¿Puedo verlo?
─Claro ─respondió Paragul con una sonrisa─. ¿A qué hora partimos mañana?
─Mañana salimos al alba ─dijo Eliawain.
─Aquí estaremos ─respondió Paragul.
Eliawain y Ryn se fueron a dormir mientras Lem y Paragul miraban el carro. Poco después ellos también se marcharon a dormir.
─Mis antiguos socios ─respondió Ryn─. Mi nombre es Emiryn y él es mi nóvio Paragul.
─¡¿Paragul?! ─Eliawain se estremeció al oír ese nombre─. ¿Te refieres al famoso héroe de guerra Paragul?
─Ese mismo ─respondió Ryn sonriendo feliz.
─Yo me llamo Lem ─dijo Lémoilas─. ¿Queréis uniros a nuestro grupo aventurero para matar a un dragón?
─¡MOI, PERO SI NO LOS CONOCEMOS! ─dijo Eliawain.
─Vale ─rió Emiryn─. Me parece bien. Parece divertido y vosotros buenas persónias. Uuuuuuy ─dijo Ryn tapándose la boca─. Personas.
Todos rieron menos Paragul que se había sentado sobre una roca y tallaba una figura de madera.
─¿Tenéis caballos? ─preguntó Eliawain
─Tenemos un carro de caballos ─dijo Paragul con voz firme y serena.
─Que guaaaay ─dijo Moi─. ¿Puedo verlo?
─Claro ─respondió Paragul con una sonrisa─. ¿A qué hora partimos mañana?
─Mañana salimos al alba ─dijo Eliawain.
─Aquí estaremos ─respondió Paragul.
Eliawain y Ryn se fueron a dormir mientras Lem y Paragul miraban el carro. Poco después ellos también se marcharon a dormir.
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