sábado, 29 de julio de 2017

DEREBAND Cap 24

Mesara avanzó con sus dos hachas, cortando hacia delante en diagonal pero el caballero de plata parecía que supiese lo que iba a hacer y se apartaba en movimientos sutiles reculando hacia atrás. El fluviano cada vez estaba más desquiciado y atacaba cada vez con más fúria pero menos técnica. Aún así, Palborán no conseguía alcanzar al caballero, que se desplazaba con sobrerbia elegancia. 
─¡Maldito seas, estate quieto! ─gritó Mesara presa de la ira.
Como respuesta el caballero rió y se movió para esquivar el ataque del fluviano. Con dos ágiles saltos, que hacían que pareciese que el caballero no llevaba armadura, el hombre retrocedió. Agarró su espada y se colocó en posición de pelea. Mesara se quitó el yelmo y lo correspondió, colocando sus dos pequeñas armas en posición. 
Palborán evaluó la situación y se movió rápido, atacando por debajo de su ombligo, buscando una distracción que provocara una falla en la defensa de su enemigo. Sin embargo, el Caballero de Plata, ágil como una gacela, se agachó hacia un lado, esquivando el limpio hachazo que surcó el aire y visualizó la segunda hacha de Mesara, que el fluviano mantenía sobre su cabeza, esperando para atacar. 
Mesara bajó el hacha con fuerza, pretendiendo clavarla en la cabeza de su enemigo. Pero este fue más rápido y cortó el arma por el mango para después patear el torso de Palborán, que cayó al agua en un sonoro chapoteo.



Páragul miró a su enemigo, con cara de total concentración desde abajo de la bufanda que portaba a pesar del calor y evaluó la situación. Su enemigo portaba una daga y en su otra mano, un conjuro había empezado a formarse. La prótesis quellevaba Páragul, hasta donde sabía, era capaz de repeler todos los ataques mágicos que Eliawain conocía, pero aún así, era vulnerable a los ataques con mágia negra y ese tipo era el típico mago negro. 
El inventor, rotó sobre sus manos los cuchillos que portaba, para tranquilizarse y movió un poco los pies para ganar estabilidad a la vez que fruncía el ceño y bajaba la boca hasta estar debajo de la bufanda. El mago negro lanzó su hechizo: un relámpago que surcó el aire buscando el cuerpo de Páragul. Sin embargo lo que encontró fué el tronco de un árbol porque el veterano de guerra se había movido hacia su izquierda y avanzaba ahora a grandes zancadas hacia su rival. El mago se agachó esquivando la patada que le propinó Páragul mientras giraba e intentó cortarle la rodilla que el héroe tenía en el suelo, pero Páragul saltó y pasó las piernas sobre el cuerpo de su enemigo, esquivando el ataque, y a punto estuvo de golpearse de cabeza contra el suelo pero en una suprema muestra de habilidad, se apoyó con las manos en el suelo fangoso de la orilla y cayó de rodillas, aunque preparado para saltar sobre su enemigo, que se encontraba frente a él. Entonces Páragul se dió cuenta de que había perdido los cuchillos durante el salto. El mago se volteó y vió que en sus pies estaban las armas de Páragul. Hizo algo parecido a una risa y los cubrió de barro con el pie.



Alilea cargó contra su rival, una jinete armada con una espada y cuyo caballo estaba ataviado con una armadura impenetrable. La jinete cabalgó contra ella y ambas chocaron en el fango. La lanza rozó el pelo de la jinete, que cogió el arma y la cortó con su espada.  Alilea soltó rápidamente su lanza y desenvainó su espada corta. Pero su enemiga no había permanecido quieta y Alilea se agarró de la silla mientras se inclinaba hasta casi caer por un lado del caballo para esquivar un espadazo que iba directamente a su cabeza. Ali silbó y el caballo, entrenado para obedecer a su dueña, trotó hasta alejarse de su enemiga.



Lémoilas esquivó la estocada que se dirigía a su cabeza mientras sonreía y empujó al renegado en el brazo, forzando a que perdiera estabilidad. Su enemigo se giró con un corte semicircular y Lem se agachó, sin perder la sonrisa, con la katana en la diestra. El renegado atacó en vertical, buscando acabar con Lem, pero el elfo ya no se encontraba allí, sinó que se había apartado hacia la derecha. El renegado trató de cortar al líder de la compañía en las costillas pero Lémoilas interpuso su katana al golpe y con un fluido movimiento, propinó un codazo en la nariz de su enemigo, que reculó sangrando.
─¡Me las pagarás! ─gritó atacando en vertical como si cortase leña. Pero Lem se hizo a un lado sonriendo─. Te borraré esa estúpida sonrisa de tu cara, imbécil.
El renegado trató de cortarle la cabeza a Lem, que se agachó. Después la espada del renegado bajó en un círculo, que Lem esquivó.
─¡Deja de huir! ─dijo el hombre mientras trataba de atravesar el cuerpo de Lem, aunque él esquivó el ataque con facilidad─. ¡Cobarde!
La sonrisa del elfo se congeló y paró el siguiente golpe con una fuerza que hizo que el renegado retrocediera tambaleándose.
─No eres rival para mí ─dijo Lémoilas solamente. No lo decía provocando ni intentando ser más de lo que era. Simplemente lo decía como quién dice algo obvio a un niño. El elfo envainó su espada y se dió la vuelta─. Vete, no quiero hacerte daño.
─¿¡Es que no sabes quién soy!? ─dijo el renegado─ Soy Baradur hijo de Baradion y heredero de Sáladar.
Lémoilas continuó caminando hacia la orilla y el renegado, con una ira incontrolable, saltó sobre Lem, tratando de matarlo con su espada. Pero Lem, que lo había estado vigilando con el rabillo del ojo, se desvaneció y apareció unos metros atrás del renegado, agachado y agarrando la empuñadura de su katana.
─Cortado ─dijo con voz seria─ y Hundido.
El renegado cayó al suelo con la mirada perdida. Un profundo tajo recorría su torso desde su clavícula hasta su ombligo.



El mago saltó sobre Páragul pero este apoyó las manos en el barro y pasó las rodillas entre el espacio que dejaban sus brazos y sin tocar el suelo con las piernas, pateó la cara del hechicero. Después apoyó los pies en el suelo y se levantó sin usar las manos. Se inclinó hacia un lado, esquivando un ataque de su enemigo y aprovechando que estaba inclinado, apoyó una mano en el suelo y volvió a patear el rostro del mago, que retrocedió tambaleándose con la máscara rota. Sin embargo, el héroe notó que no podía moverse y se quedó agachado en el suelo. El brujo sonrió y miró a Páragul.
─Caíste en la trampa del gran hechicero Thordred ─dijo─. Ahora prepárate a morir.
El mago avanzó hacia el veterano, sujetando la daga sobre su cabeza y con una sonrisa macabra en el rostro. Páragul notó que su mano tocaba algo metálico y trató te agarrarlo. Sorprendentemente, sus manos aferraron, lentamente una de sus dagas. 
─¡Un mono de tres cabezas! ─dijo el héroe, asombrado. 
El mago se giró y vió que realmente, detrás de él, en la orilla fluviana había un simio con tres cabezas comiéndose un plátano.
─¿Pero qué...? ─dijo sin entender nada. 
Se giró y volvió a centrarse en Páragul que había logrado liberarse del hechizo y aferraba una daga que clavó en el vientre del mago. 
─Vaya con el mono ─dijo Páragul sonriendo por su buena fortuna.



Mesara rodó por el agua, esquivando un espadazo del Caballero de Plata y se levantó desenvainando su espada. Conectó una serie de cortes que habrían matado a cualquiera. Pero su enemigo no era cualquiera. Esquivó o detuvo todos y cada uno de los ataques e hizo retroceder al fluviano. Mesara jhadeó y levantó el hacha. Sin embargo, el caballero lo vió venir y volvió a cortar el mango. palborán traó entonces de ensartar al guerrero de Malequith, pero este lo equivó y golpeó con la empuñadura a Mesara, quién retrocedió. 
El fluviano trató de decapitarlo pero el caballero detuvo el golpe y movió la hoja de su arma hasta la empuñadura de la de Mesara. Después hizo que ambas rotaran en el aire y finalmente Palborán soltó la suya. La espada cayó en medio del río y el caballero de plata cortó la coraza de Mesara y el cuerpo del mismo provocandole una cicatriz que lo marcaría el resto de su vida. El tajo iba desde el pezón derecho hasta el hombro izquierdo y Mesara cayó hacia atrás. El agua se tornó roja y la mirada de Palborán se emborronaba por el desmayo cuanto vió una bota. Lémoilas se erguía a su lado, mirando al Caballero de Plata con ira. 
─Lémoilas... ─dijo Mesara─ ...ayúdame.
Lem miró a Mesara y sonrió. Avanzó un paso, miró hacia el cielo y, con todas sus fuerzas, gritó:
─¡¡¡POR SUPUESTOOOOOOOOOO!!!


viernes, 28 de julio de 2017

DEREBAND Cap 23

[Se recomienda al lector que escuche la canción mientras se procede a la lectura]


Los guerreros de Malequith se arrojaron sobre la compañía desde la otra orilla. El Caballero de Plata iba al frente encabezando la acometida y los guerreros se amontonaban a su alrededor. Sin embargo, en medio del río estaba la Compañía y el choque fue estrepitoso. Acero y sangre se mezclaron con las gélidas aguas del torrente que bajaba y gloria y fama se lograron este día. Desde la cumbre de la colina, los arqueros liderados por Cristán y Émiryn disparaban. Aenaluck estaba entre ellos y pese a que su puntería no era tan certera a la de la elfa y el cocinero, su capacidad con el arco era comparable a cualquier otro arquero fluviano.


Lémoilas giró sobre si mismo con su katana en un lado de forma que los cinco enemigos a su alrededor fueron abatidos. El espadachín paró de girar y miró a su alrededor. Se dió cuenta de que iban perdiendo la batalla pero eso no lo desanimó ni un pelo. A su derecha tenía a Eliawain cuyas manos estaban prendidas en fuego azul. A su izquierda estaba Mesara, que había perdido su alabarda y manejaba sus dos pequeñas hachas con fervor, eliminando todo enemigo que se le ponía delante.
─¡A la orilla! ─gritó Lémoilas.
─No retrocederemos ─se negó Mesara desafiando al elfo con una fiera mirada.
─Mira a tu alrededor ─lo increpó el líder de la Compañía─. Estamos perdiendo y no pienso perder a mis amigos cuando puedo evitarlo. 
Mesara miró a su alrededor y vió que tanto Ari, coma Ali, Stert y Vícthorin tenían problemas. Lémoilas tenía razón. Debían retirarse.
La Compañía fué cediendo paso a los guerreros de Malequith y fueron dejando el río hasta llegar a la orilla. 
─¡Eliawain, haz lo que teníamos planeado! ─gritó Lémoilas.
El mago asintió y se colocó detrás del elfo, que lo protegió de espadas y lanzas enemigas. Juntó las manos y las colocó a su derecha, apuntando a las montañas. Las manos brillaron azuladas y Eliawain las movió hacia atrás. De inmediato, las aguas se retiraron hacia las montañas. Eliawain volvió a moverlas, esta vez hacia el río y una enorme crecida avanzó arrastrando a sus enemigos. 



Sin embargo, los caballos de Stert y Alilea se encabritaron y el de Stert se marchó hacia el bosque con Stert tratando de domarlo. Además una ola se llevó a Victhorin, Partonio, Ariwen y Édgamer, pero el druida fue rápido y sacó una rama, que rápidamente creció convertiéndose en una embarcación, que alcanzó la otra orilla. Allí había guerreros y los cuatro los enfrentaron rápidamente. 
Eliawain cayó al suelo, agotado y la crecida pasó pero aún así quedaban varios guerreros. 


 

El caballero de plata se había salvado y a su lado había un mago y un renegado. Cruzando el río, una jinete se acercó al galope y habría arrolado a Lem si otra jinete no hubiese chocado contra ella. 
Alilea había aparecido cargando contra su enemiga, que paró el golpe y pasó de largo. Alilea sonrío y agarró con más fuerza su lanza.
El Caballero de Plata, avanzó hacia Mesara y sus armas soltaron chispas cuando chocaron. Lémoilas miraba el combate de Palborán de reojo mientras esquivaba un sablazo del renegado. 
Páragul miró de frente al mago, que le arrojó una bola de fuego. Sin embargo, el héroe, en vez de esquivar el ataque como habría hecho cualquiera, propinó una potente patada a la esfera, que se elevó en el aire y estalló en mil pedazos. Aquella prótesis funcionaba de maravilla...
Aenaluck tensó y apuntó al Caballero de Plata, pero Cristán le bajó el arco.
─Mesara jamás perdonaría que interferieran en su combate ─dijo el arquero con lentes. Y los demás lo tolerarían aún menos.
─Busquemos a Stert ─dijo Ryn─. Su caballo se ha perdido en el bosque cuando se ha encabritado y Stert no ha logrado bajarse a tiempo.
─¿Vuestros amigos podrán con los guerreros de Malequith? ─pregunyó el heredero.
Ten fe en Lémoilas ─dijo Cristán─. Es el elfo que conseguirá derrotar al Dragón.

DEREBAND Cap 22

─¡Qué rollo! ─exclamó Lémoilas jugueteando con un palo.
─Pues sí... ─dijo Ryn, pensativa, mientras se tocaba la barbilla.
─Es raro que todavía no haya noticias de padre... ─reflexionó Mesara.
─Ten fe ─contestó Aenaluck─, a estas alturas estará enviandonos uno de sus mensajeros.
Habían pasado tres días y aún no había ni rastro de enemigos ni de mensajeros del duque Fluvian. Hacía una calor increíble y ninguno de los chicos llevaba camiseta. Las chicas, por su parte, llevaban tops para tener menos calor, menos Ariwen, que decía que era atérmica. En ese momento escucharon un cuerno. Venía del vado y sonó con fuerza.
─¡Ese es el cuerno Fluviano! ─exclamó Mesara.
─¡A las armas! ─gritó Aenaluck─ ¡Nos atacan!
Con rapidez, todos se armaron y se ataviaron con sus cotas de malla y sus armaduras. Algunos montaron a sus caballos y en pocos minutos, llegaron al vado. Unos cincuenta hombres de Malequith estaban en el Vado y Derthram se encontraba en medio de ellos. Su espada atravesaba a un fluviano que con su último aliento murmuró "traidor" y cayó muerto.
─Derthram... ─dijo Aenaluck─ nunca lo habría imaginado.
─Si bueno ─contestó el cambia capas con una macabra sonrisa─. Me prometieron las tierras del sur si te mataba.

Los dos guerreros se miraron unos segundos, sin decir ni una palabra hasta que Derthram levantó la espada y apuntó a la Compañía y a los cinco fluvianos.
─¡Atacad! ─gritó Aenaluck.
La compañía se hechó encima de los cincuenta hombres de Malequith, y aunque eran menos, los obligaron a recular. Derthram atacó directamente a Aenaluck, que paró su ataque con su espada y se movió hacia su izquierda para desequilibrar a su adversario. 

En otro lado de la batalla, Mesara blandía su alabarda por encima de su cabeza y golpeaba el suelo con ella. La roca se estremeció y unas cuantas rocas de gigantesco tamaño atravesaron a los cinco malvados que se encontraban delante de él.
─Esto si es un verdadero Golpe de Roca.
Lémoilas se movía con sorprendente agilidad entre las espadas y lanzas enemigas, esquivandolas o desviandolas y, a medida que avanzaba, sin golpear a ninguno, sus adversarios caían con cortes en el torso. Lem se paró delante de cinco enemigos y sonrió.
─¿Alguien más quiere bailar conmigo la Danza Macabra? ─preguntó mientras cogía el mango de su espada. 
En la colina, Cristán y Émiryn comandaban a los arqueros fluvianos. Un guerrero de Malequith avanzó demasiado y un arquero Fluviano trató de abatirlo con sus flechas, pero la armadura de aquél hombre era demasiado gruesa y sin fallas, así que la flecha rebotó y cayó al suelo, inerte. Cristán lo vió y agarró dos de sus flechas. Encajó las dos a la vez en su arco y tensó a la vez que se agachaba, apuntando al centro de la caja torácica del hombre con la armadura. Soltó la cuerda y las flechas volaron, con unas místicas llamas a su alrededor de color verde. La saeta impactó en el centro del pecho del hombre y las dos atravesaron la coraza clavándose en el cuerpo del malvado y empujándolo hacia atrás.
─¿Cómo has hecho eso? ─preguntó Émiryn atónita.
─Bueno, era un Tiro en Negro ─respondió Cristán levantándose y encajando otra flecha.
La compañía venció con facilidad a los asesinos, hasta que solo quedó Derthram, que se batía en duelo con Aenaluck. Las espadas chocaban, con estrépito y ambos parecían bastante igualados, pero en un momento, Aenaluck resbaló con una roca mojada y perdió pie. Derthram no desaprovechó el momento e hizo un profundo corte en la mano de Aenaluck, que dejó caer su espada. Derthram levantó su espada y la bajó con ímpetu para clavarla en la carne de Aenaluck, pero una hoja se interpuso en su camino. Lémoilas había parado el golpe con su espada. 
─Oye oye ─dijo Mesara─. Si alguien se carga a mi hermano seré yo.
Mesara avanzó con su hacha de guerra en las manos y miró a su enemigo con una fiera sonrisa en su cara. 
─Es igual, morirás ahora ─dijo Derthram moviendo su espada en círculos.
Atacó a Mesara pero este esquivo el ataque desplazándose a un lado e inclinando su cabeza. Derthram volvió a cortar esta vez hacia su cabeza pero Palborán se agachó y esquivó el ataque. Aprovechando la baja guardia del traidor, Mesara golpeó con su hacha y fué tan potente el golpe, que la armadura entera se desmenuzó y aunque el golpe fué seco y la hoja no tocó la piel de Derthram, el traidor salió despedido hacia atrás, golpeándose con una roca que se erguía en medio del río.
Mesara se acercó a su enemigo agarrando la pesada hacha solo con una mano y con la otra agarró a Derthram por el cuello y lo levantó por encima de su cabeza.
─Dime, ¿hay más de los tuyos por aquí? ─preguntó con severidad.
─Oh sí ─rió el traidor─. Sólo eramos la avanzada. El grueso viene detrás y el  legendario Caballero de Plata va con ellos. No sobreviviréis a esta noche.
Una mano agarró el hombro de Mesara y este se giró, sorprendido. Aenaluck se erguía detrás de él, con la espada en la mano mala. Mesara soltó a su enemigo y volvió a la orilla.

─Derthram Greensword ─dijo Aenaluck─, yo Aenaluck Fluvian, hijo de Anastor Fluvian y heredero del ducato de Fluvian, te condeno en nombre de mi padre a la pena de muerte por traición. 
─Hazlo rápido, niñofue la respuesta de Derthram. 
La espada de Aenaluck se hundió en la carne de Derthram en el cuello y el heredero volvió a la orilla. 
─Nos atacarán antes del amanecer ─dijo a la Compañía─. Yo no estoy en condiciones de pelear pero dispararé con mi arco con los arqueros. Vosotros os quedaréis aquí abajo excepto las jinetes, que montarán a sus caballos y esperarán en el campamento. 
─Como queráis ─dijo Alilea llevando su caballo al campamento. 
─Lémoilas ─dijo el heredero cuando todos se hubieron marchado─. Protege a mi hermano en el campo de batalla.
─¡Claro! ─respondió Lémoilas con una sonrisa. 
Poco a poco fué anocheciendo y un cuerno enemigo sonó en la otra orilla. Unos doscientos guerreros salieron del bosque con el Caballero de Plata al frente. La Compañía se mantuvieron firmes, con las armaduras puestas y mirando a sus enemigos con fiereza. Lémoilas se encontraba en medio, al lado de Mesara y Eliawain, y en su mirada se veía desafío mientras en su boca se dibujaba una sonrisa. Entonces empezó la Batalla del Vado Helado.

jueves, 27 de julio de 2017

One Piece Re: Birth Capítulo 23: La isla judicial

ONE PIECE

RE: BIRTH

CAPÍTULO 23:
LA ISLA JUDICIAL



Amanece, el tren marítimo en el que iban montados los Cuatro Vientos y la Jack Family llega por fin a Enies Lobby.

MIRY: ¿Creéis que Moi y Barnau habrán llegado ya?
ALISABETH: Vamos a comprobarlo.

Todos bajan del tren y se encuentran una montaña de miembros del Cipher Pol, todos derrotados. En lo alto de esta montaña de personas están Moi, Barnau y Jack.

JACK: Menuda basura de trampa.
BARNAU: Esperaba algo más del Cipher Pol.
ALISABETH: ¡Chicos!
MOI: Buenas capitana, te hemos limpiado un poco el camino.

Alisabeth abraza feliz a Moi y a Barnau.

ZAMBAI: ¡Jefe Jack, estábamos preocupados por usted!
JACK: ¿Preocupados? Que no soy un niño.
ALISABETH: Gracias Jack...
JACK: No me las des, solo he hecho lo que haría cualquier otra persona.
ALISABETH: Bueno chicos, vamos a salvar a Ari.
JEIREDDIN: No perdamos más tiempo.
ALISABETH: Jack, ¿vienes?
JACK: Por supuesto. 

El carpintero se dirige a la Jack Family.

JACK: Esperad en el tren.
ZAMBAI: Está bien.

El CP9, el cual está formado por varias personas (El hombre misterioso que raptó a Ari, la mujer que le acompañaba, un hombre con el pelo en forma de cuernos, otro con una nariz rectangular, uno muy grande con maquillaje y un largo pelo y por último uno muy gordo con una cremallera en la boca) están reunidos en lo alto de la torre judicial, con Ari atrapada.






KALIFA: Lucci, ¿llamamos al jefe Spandam? (Le dice la mujer al hombre misterioso)
ROB LUCCI: Debe estar en camino.
KUMADORI: ¿Cómo ha podido fallar la trampa? (Dice el maquillado)
ROB LUCCI: No importa. todavía les podemos detener nosotros.
ARI: Os lo dije.
ROB LUCCI: Atad a la rehén con kairoseki, así no podrá utilizar sus habilidades.

Kalifa ata a Ari con esposas de kairoseki, la piedra de mar que anula las habilidades de las frutas del diablo.

ARI: Solo esperad a que vengan y os den la paliza de vuestra vida.

Alisabeth, Jeireddin, François, Cristian, Moi, Barnau, Miry, Edgard, Ester, Pier y Jack se suben a una parte de la torre bastante alta, donde los miembros del CP9 les pueden ver claramente.

ROB LUCCI: Ahí están...
ALISABETH: ¡Vosotros, escuchadme bien! ¡Espero que no le hayáis tocado un pelo a mi nakama!
ROB LUCCI: Se encuentra bien, pero la podemos matar en cualquier momento.
ALISABETH: Solo intenta hacerle algo y iré allí mismo a acabar contigo.
ROB LUCCI: ¿Te atreverías a luchar contra mí? Seguro que a la mínima de cambio salís corriendo, sois solo unos sucios piratas.
ALISABETH: Querido francotirador.
JEIREDDIN: Dime.
ALISABETH: Cárgate esa bandera de allí.

Alisabeth señala a la bandera del gobierno mundial.

JEIREDDIN: Perfecto.

Jeireddin dispara una gota de sangre que rompe la bandera.

ROB LUCCI: ¡Idiota! ¡¿Sabéis que haciendo eso solo estáis declarando la guerra al mundo?!
ALISABETH: ¡Justo eso es lo que hacemos!
ROB LUCCI: Ellos lo han querido, encargaos de esos piratas, que no quede ni uno solo.
KALIFA: Sí.

Todos los miembros del CP9 se ponen en marcha.

ALISABETH: Vamos chicos.

Los piratas entran al edificio y se dividen para buscar a todos los miembros.

JEIREDDIN: Se van a enterar de quién soy, tengo ya ganas de bronca.

Jeireddin llega a un jardín muy bien cuidado.

JEIREDDIN: ¿Voy a luchar contra una abuelita?

El hombre de la nariz cuadriculada aparece.

KAKU: No, te aseguro que soy más peligroso que una abuelita.
JEIREDDIN: Vaya napia más rara.

Ester llega a una habitación de color rosa, donde está Kalifa con una expresión muy seria.

ESTER: Vaya, no ha sido difícil encontrar a alguien. (Saca sus dos hachas)
KALIFA: Bien, jovencita, tú serás la primera en caer.

Kalifa frota su cuerpo y sale jabón.
Pier llega a una terraza y mira la distancia desde donde se encuentra hasta el suelo.

PIER: Vaya, sí que es alta esta torre.

Pier oye unos pasos detrás de él.

PIER: ¿Quién eres?
BLUENO: El hombre que va a derrotarte, brazoslargos.
PIER: Anda, qué pronto empezamos.

Jack llega a una sala cerrada.

JACK: ¿No hay nadie aquí?

El hombre gordo cae del techo y se planta frente a Jack.

FUKURO: ¿Tú quién eres? No me suena tu cara de los carteles de se busca.
JACK: No soy de la tripulación de Alisabeth, pero quiero ayudar.
FUKURO: Un aliado... Entonces te atraparé igual, chapapapapapa.
JACK: Adelante gordinflón.

Barnau baja unas escaleras y llega a un sótano, donde se encuentra Kumadori.

KUMADORI: Bienvenido a la sala del infierno.
BARNAU: Tú... espero que me des más diversión que el tipo del tren.

Por último, François, Moi, Cristian, Miry y Edgard corren por un pasillo lleno de agentes del Cipher Pol.

EDGARD: Qué molestos...

Edgard, Cristian y Moi luchan contra estos agentes mientras Miry y François siguen avanzando hacia una sala muy pequeñita, donde hay un hombre con una máscara que le tapa media cara.

FRANÇOIS: ¿Quién es este?
SPANDAM: ¿Cómo que este? ¡Soy Spandam, el líder del CP9!
MIRY: No pareces gran cosa.
SPANDAM: ¿No? Os aseguro que seré una pesadilla...

Spandam saca una espada que se convierte en un elefante.

Continuará...



miércoles, 26 de julio de 2017

One Piece Re: Birth Capítulo 22: Arrasando en el tren

ONE PIECE

RE: BIRTH

CAPÍTULO 22:
ARRASANDO EN EL TREN


JERRY: Pfff, no me hagas reír, ¿tú vas a ser mi oponente?
BARNAU: ¿Algo que objetar?

Barnau se acerca lentamente a Jerry.

JERRY: Para nada, así está pelea no me llevará mucho tiempo.

Jerry da un puñetazo a Barnau pero éste lo esquiva, se mueve tan rápido que parece que se teletransporte.

JERRY: ¿Uh? ¿Dónde te has metido?

Barnau aparece detrás de Jerry y le da una patada en la espalda.

JERRY: ¡Agh! Mi columna...
BARNAU: ¿Aún te hace gracia luchar contra mí?

Barnau desaparece de nuevo a gran velocidad y Jerry mira confundido a todos los lados, el medio hombre pez vuelve a aparecer y le da un puñetazo en la mandíbula a Jerry, rompiéndole varios dientes.

JERRY: ¡¿Cómo es posible?!

Barnau sonríe y desaparece de nuevo.
Jerry, asustado, lanza puñetazos aleatorios, hasta que uno consigue golpear a Barnau con tanta fuerza que rompe la pared del vagón y lo lanza al mar, pues es el último vagón.

JERRY: ¡Ja ja ja! Puede que tuvieras ventaja al principio pero ahora ya estás perdido.


Jerry se da la vuelta y camina confiado, pensando que ya ha vencido.

JERRY: Este tren va muy rápido, aunque sepa nadar no va a poder alcanzarlo.

Barnau se acerca nadando a una enorme velocidad.

JERRY: ¿Qué es eso? ¿Una lancha motora?
BARNAU: Siento estropearte tu "victoria".

Barnau salta desde el mar y va volando hacia Jerry como si fuera un dardo.

BARNAU: Pero prometí a mi amigo que me encargaría de ti.
JERRY: ¡No!

Barnau golpea con su cabeza a Jerry en la barriga, el cual escupe muchísima sangre y cae derrotado al suelo.
Jack y Nero se encuentran en el techo del tren.

JACK: ¡Ojito!

Jack abre su mano y se descubre que su brazo es un cañón.

JACK: ¡Sorpresa explosiva!
NERO: ¡¿Cómo?!

Jack dispara a Nero, el cual casi cae al mar por intentar esquivar el golpe, pero consigue agarrarse al borde antes de caer.

JACK: Me lo pones más fácil aún.

Nero da un enorme salto y vuelve a subirse.

NERO: No voy a caer tan rápidamente.
JACK: Joder, no tengo toda la noche.

Nero le lanza dagas a Jack que al tocar su cuerpo no le hacen ningún daño.

NERO: ¡¿Qué diablos eres?!
JACK: Soy Jack Raulham... el hombre de hierro.

Jack corre hacia Nero y con su puño de hierro le da un puñetazo en la cara, dejándolo muy malherido.


JACK: Apañao'.

Jack va a entrar al vagón de nuevo pero se para a mirar a Nero.

JACK: Aquí molestas.

Le da un empujoncito y lo tira al mar.

JACK: Uuuuuups.

Wanze y Moi están en la cocina. El cocinero le lanza cuchillos jamoneros al rubio, que los para a base de patadas.

MOI: ¿Lo único que sabes hacer es lanzarme cosas?
WANZE: Espera, que ahora viene el plato especial.

Wanze utiliza un montón de fideos para hacerse una enorme armadura de ramen.


WANZE: Parece una tontería pero esta armadura es mejor de lo que parece, jejeje.

Wanze trata de darle un puñetazo a Moi pero éste salta y sube sobre su brazo.

WANZE: Jeje, venga, atácame.
MOI: ¿Qué crees que voy a hacer? ¿Tejerte una bufanda?

Moi le da una patada al brazo de ramen pero no consigue romperlo.

MOI: Ugh...
WANZE: ¿Tienes problemas. amigo?


Wanze intenta aplastar a Moi, que ahora estaba en su hombro, pero vuelve a saltar y se pone a mirar en los armarios.

MOI: ¿Los cuchillos por dónde los tienes?
WANZE: En ese cajón de ahí.
MOI: Gracias.
WANZE: Ciérralo bien después que está un poco suelto.
MOI: Vale.

Moi coge dos cuchillos bastante grandes y cierra bien el cajón.

MOI: ¿Así?
WANZE: Sí, gracias. Mucha gente lo deja medio abierto y es una molestia.
MOI: Ya, lo entiendo, no cuesta nada apretar un poquito.
WANZE: Exacto.
MOI: ¿No has pensado en comprar uno nuevo?
WANZE: Pues no sería mala idea, la verdad... espera, ¡¿QUÉ MIERDAS HAGO CONVERSANDO CONTIGO?!

Moi se ata un cuchillo en la pierna derecha y el otro en la izquierda, y corre hacia Wanze.

WANZE: ¡Está vez seré más duro!
MOI: Adelante.

Moi da un gran salto hacia el brazo derecho de ramen, y utiliza sus dos piernas-cuchillo para cortarlo como si fueran unas tijeras.

WANZE: ¡Noooo, mi brazo!

Moi repite lo mismo con el otro brazo y con la armadura entera.

WANZE: Grrr, mi armadura de ramen era preciosa...

Wanze se levanta y mira a Moi enfadado, con la armadura rota esparcida por el suelo.

MOI: Ya no hay armadura que te proteja, feote.

Moi le da una patada en la cara a Wanze, estampándolo contra la pared.

MOI: Cocinero capullo...

Continuará...

martes, 25 de julio de 2017

One Piece Re: Birth Capítulo 21: De camino a Enies Lobby

ONE PIECE

RE: BIRTH

CAPÍTULO 21:
DE CAMINO A ENIES LOBBY


ESTER: Están tardando mucho...

Alisabeth baja del barco y camina hacia la ciudad, con una expresión seria. Ester va detrás de ella para comprobar que su capitana no se mete en ningún lío.

ESTER: ¿Vas a buscarlos?
ALISABETH: Sí, preguntaremos a los ciudadanos para comprobar si alguien los ha visto.
ESTER: Es de noche, costará encontrar a alguien.

Las dos caminan durante unos minutos y encuentran a una señora mayor sentada en un banco.

ALISABETH: Perdone, ¿ha visto usted a un chico rubio con flequillo y a un hombre pez de pelo castaño?
SEÑORA MAYOR: Pues sí, esos dos gamberros se han colado hace unas horas en un tren marítimo sin permiso, acompañados de otro chico.
ESTER: ¿Tren marítimo? ¿Sabe a dónde iba ese tren?
SEÑORA MAYOR: Sí, se dirigía a Enies Lobby.
ALISABETH: Enies Lobby...

Alisabeth se gira y sigue caminando.

ESTER: Gracias, señora.

Ester vuelve con su capitana.

ESTER: ¿Por qué se han ido ellos solos?
ALISABETH: Creo que se dieron cuenta de lo sospechoso que era todo el tema de Enies Lobby, y supongo que habrán ido a comprobar si hay trampa.
ESTER: ¿Sin avisarnos?
ALISABETH: De esa manera, en el caso de que hubiera una trampa, ellos serían los que la sufran y nosotros tendremos vía libre.
ESTER: Entonces... ¿qué vamos a hacer? Debemos ayudarles, les puede pasar algo...
ALISABETH: No... yo confío en ellos.

Las dos siguen caminando, pero no en dirección al barco.

ESTER: ¿A dónde vas, Ali?
ALISABETH: ¿Recuerdas que la señora dijo que habían ido acompañados de un tipo?
ESTER: Ajá.
ALISABETH: Tengo una ligera sospecha de quién es ese tipo.

Llegan a la Jack House, Alisabeth entra sin miedo.

ZAMBAI: ¡Otra vez tú, vete de aquí, el jefe Jack se ha ido!
ALISABETH: Justo de eso venía a hablar. ¿A dónde ha ido Jack?
ZAMBAI: No lo sabemos, hace un rato que tendría que haber llegado.
ESTER: Todo cuadra...
ALISABETH: Creo que vuestro jefe está ahora mismo con dos de los míos.
ZAMBAI: ¿Y eso?
ALISABETH: No lo sé, pero me gustaría pensar que esto es una alianza.
ZAMBAI: Alianza... ¿para qué?
ALISABETH: ¿Sabéis conducir trenes marítimos?
ZAMBAI: Por supuesto, pero no tenemos ninguno.
ALISABETH: Eso es lo de menos, podemos robar alguno. Necesito que me llevéis a mí y a mis amigos a Enies Lobby, que es a donde se dirige Jack ahora mismo.
ZAMBAI: No entiendo lo que dices.
ALISABETH: En resumen, Jack corre peligro, necesitamos cooperar todos.
ZAMBAI: No me fío de ti, no hay pruebas de lo que dices.

Zambai le da la espalda a Alisabeth.

ALISABETH: Si me lleváis os daré todo el dinero que tenemos.
ESTER: ¡Ali!
ZAMBAI: ¡Eso me parece bien, vamos chicos!

Alisabeth y Ester van a por sus nakamas, que estaban esperando en el barco, y luego se reúnen con la Jack Family en la estación de trenes marítimos.

JEIREDDIN: ¿Tenemos que robar un tren? No hay problema, somos piratas, así que somos expertos en robar.

Todos caminan hacia un tren que les llama la atención.

MIRY: ¿De dónde sacamos una llave?
JEIREDDIN: He dicho que somos expertos.

Jeireddin crea una llave de sangre y abre el tren.


ZAMBAI: Vamos a llevar este monstruo a Enies Lobby, parece rápido así que creo que al amanecer ya estaremos allí.

El tren empieza a seguir los raíles que están en el mar, en dirección a Enies Lobby.

ALISABETH: Bien, confiemos en que Moi y Barnau nos limpien un poco la zona, y luego rescataremos a Ari.
FRANÇOIS: ¿Creéis que han ido con un plan?
MIRY: ¿Esos dos con un plan? A estas alturas ya la habrán liado parda.

Mientras tanto en el tren marítimo del Cipher Pol, todos los agentes del último vagón están en el suelo derrotados.

JACK: Qué poco han durado.

Un hombre entra al vagón, tiene las piernas larguísimas, tanto que camina agachado para no darse contra el techo.

JERRY: Jujuju, no habéis estado mal, pero ya es hora de que los niños se vayan a dormir.
BARNAU: Seguid avanzando, intentad limpiar el tren al completo.
MOI: Okay, no tardaremos.

Moi y Jack saltan por el agujero del techo que habían hecho para entrar al vagón y caminan por la parte de arriba del tren.

JACK: Entre la lluvia y lo rápido que va esto es difícil mantenerse en pie.

Otro hombre les detiene el paso.

NERO: Alto ahí, ya os tengo donde quería intrusos...
MOI: ¿Jack, puedo pedirte un favor?
JACK: Claro, dime.
MOI: Necesito que venzas a este tipo tú, yo seguiré avanzando por dentro, soy usuario por lo que una pelea aquí sería mi perdición.
JACK: Entiendo, bastaría con que caigas al mar para perder. Bien, pues yo me encargo de este tipo.
MOI: Gracias, amigo.

Moi vuelve a abrir un agujero en el techo y entra a un vagón.

JACK: Prepárate, no soy un enemigo fácil de vencer.
NERO: Ahora lo comprobaremos...

Moi ha llegado a la cocina del tren.

MOI: Hmmm, algo huele bien.

Un hombre muy feo aparece en el vagón.

WANZE: Así es, es mi ramen especial, ¿quieres probarlo?
MOI: ¡Joder, qué feo eres, no voy a probar nada que venga de ti!
WANZE: Jejejeje, no iba en serio, al enemigo solo se le alimenta a base golpes.
MOI: Anda, al fin, un oponente. Aunque me gustaría que no fueras tan feo, me va a costar luchar contra ti si me miras con ese careto.

Los secuestradores de Ari vuelan hacia Enies Lobby.

KALIFA: Ya han caído en la trampa.
ARI: No cantéis victoria, ellos son fuertes, no se van a dejar vencer por vosotros.
???: Perdona, pero tú misma has visto cuál es la trampa que tenemos preparada, ¿de verdad crees que se van a librar?
ARI: ...
???: El plan ha comenzado con éxito, atraerlos hacia Enies Lobby ha sido más fácil de lo que creía, una vez estén allí serán ejecutados. Tenemos la victoria asegurada.

Continuará...