miércoles, 5 de julio de 2017

DEREBAND Cap 14


─¿Cómo han conseguido llegar hasta aquí? ─preguntó el desconocido. 
─Deben haber derrotado a todos ─respondió Sigrid. 
─¿¡DÓNDE ESTÁ RYN!? ─gritó Ariwen.
─Está en un lugar seguro ─dijo Fillat con aquella voz melosa que lo caracterizaba.
Lémoilas no dudo ni un instante y se lanzó a atacar a Fillat, desenvainando su katana y olvidándose de los otros. Fillat no se movió, pero sonrió y los otros dos atacaron a Lem. Sin embargo, Sigirid fué repelida por una barrera mágica creada por Eliawain y a una velocidad increible, Ari apareció para parar las dos espadas del otro asesino, quién retrocedió un paso. 
Fillat palideció en cuanto vió a Lem llegar hasta delante suyo, mas su preocupación solo duró un instante y con asombrosos reflejos esquivó la estocada del elfo y sonrió otra vez. En su mano empezó a crearse una bola de energía oscura.


─¿Cómo sabíais que nos ocultabamos aquí? ─preguntó el líder de los guerreros a Lem.
─Nos lo dijo Ealena ─respondió Lem, desafiante─. Ella es nuestra amiga.
─Ya veo ─sonrió el villano─. Así que Ealena está con vosotros... Eso simplifica las cosas...
La bola de energía que tenía en la mano, se tornó azul y Fillat la levantó sobre su cabeza para después estamparla contra el suelo.

***

En otro lugar, lejos de allí, Victhorin limpiaba con un trapo mojado la cara de Páragul. La fiebre había disminuido pero el veterano de guerra seguía en peligro de muerte. Ealena lo ayudaba en lo que podía y con sus llamas estaba caentando una sopa con hierbas que le había traído Victhorin. Aquello puede que salvara la vida a Páragul. De repente, un chispazo recorrió los ojos de la mujer flamígera y su cuerpo se tensó. el fuego de su cuerpo empezó a volverse azul y ella, asustada, se miró aquellas llamas asustadas. Otro escalofrío recorrió su cuerpo y ella aulló de dolor.

***

─¿No te has fijado que nos falta uno en la banda? ─dijo Fillat con una sonrisa en la cara.
─¿Cómo que os falta uno? ─preguntó Lem sin comprender nada.
─Hay ocho direcciones y la brújula, en total nueve ─indicó Fillat─. Sin embargo, nosotros somos ocho. 
─¿Y qué? ─preguntó Lem, aunque ya empezaba a entenderlo.
─Que el último miembro de nuestra banda es cierto sujeto envuelto en llamas.

***

Victhorin salió corriendo de la tienda y miró a Ealena, que estaba envuelta en un cúmulo de llamas azules que giraban alrededor suyo. 
─¡Ealena! ─gritó Victhorin─ ¡Ealena cálmate!
Sin embargo la tormenta de fuego no cesaba y cada vez Victhorin estaba más preocupado por ella. Hasta que, en un momento dado, las llamas pararon de girar y todo se mantuvo en calma. Una figura emergió del centro del humo. Tenía la apariencia de Ealena, pero no era Ealena. Sus llamas eran azules. 


***

─Victhorin... ─murmuró Lem─ Páragul...
─Seguramente a estas alturas, los dos están muertos ─rió Fillat.
─¡Voy a eliminarte! ─gritó Lem.
Con un rápido movimiento, como si de una serpiente se tratara, Lémoilas atacó a Fillat, que volvió a esquivar el golpe con una facilidad insultante. 
─No eres más que un idiota que se cree fuerte ─escupió Fillat.
─¡Maldita sea! ─Lem volvió a atacar a Fillat y volvió a errar.
─¿Con esa burda técnica pretendes derrotarme?
Lem se disponía a atacar, pero en ese instante paró. Entonces se dió cuenta de porque fallaba, de porque Fillat estaba esquivando todos sus ataques. Tenía que pensar más fríamente, estar más sereno y elaborar su estategia. Vio a su enemigo, estaba levantado ante él, con la espada en la cintura y esperando a que le atacara. No debía hacerlo, o por lo menos no como él esperaba. De momento seríia mejor tomar una estrategia defensiva. 

***

Las dos espadas chocaron de nuevo. Aquel tipo era rápido. Y fuerte. Y preciso. Si le dejaba alguna oportunidad, estaba muerta. Se alejaron de un salto. 
─¿Sabes cómo me llamo? ─dijo el guerrero desde abajo de su sombrero. Ante la negativa de Ariwen, prosiguió─. Me llamo Feijim Yeunghwang, hijo de Eustass Yeunghwang, el legendario espadachín que mató a un dragón con una espada de madera. Ríndete, no tienes ninguna oportunidad.
─¿Crees que por decirme tu nombre me voy a rendir sin pelea? ─dijo Ari concentrada en buscar un punto débil en su enemigo─. Tú no me conoces.
Los dos espadachines volvieron a saltar el uno sobre la otra y las espadas que portaban en cada mano, chocaron en una sinfonía letal. Ari retrocedió unos pasos, defendiéndose de los rápidos ataques del asesino hasta que cruzó sus espadas y trazó un semicírculo delante suya, obligando al guerrero a retroceder. En ese momento atacó ella. Atacó por arriba, por abajo, por la derecha y por la izquierda. Atacó fintando, atacó estocando y atacó brincando. Pero su enemigo era tan rápido como ella. Los dos se separaron entre jadeos y con la cara empapada de sudor. 
─Eres rápida...
Tú también lo eres...

***

Eliawain levantó la barrera justo antes de que la bola de fuego de Sigrid impactara. La deshizo para ahorrar energías y miró a la bruja con un desafio en sus ojos. La bruja soltó una risa estridente y bajo su báculo. El techo de la caverna se derrumbó  sobre Eliawain. Pero él ya estaba preparado, y rodó por el suelo esquivando las rocas que caían sobre su cabeza. Sin embargo, la bruja no lo había dicho todo. Alzó sus manos sobre su cabeza e invocó a un elemental del fuego. 


Eliawain se levantó y miró al ser que ante él se hallaba. Pudo apreciar el odio que emanaba de su cuerpo, un odio absolutamente poderoso y visceral que hizo que al mago se le pusieran los pelos de punta. Sin embargo, no se amedrentó y con voz grave dijo:
Thelis va tenyan? 
Conocía la lengua y las costumbres de los elementales, aprendidas en la torre de hechicería de Malik, una de las más prestigiosas. También se sabía la mayoría de fórmulas de cortesía de los elementales yen concreto, había enunciado una fórmula de saludo la cuál obligaba al ser a responder por honor.
Tenyan va thelis ─dijo el elemental con una voz que parecían muchas venidas desde otro mundoKenai ogu rathenu.
No muchos saben nuestras fórmulas de cortesía tradujo el mago en su cabeza.
Kenai derenhi salk No muchos son yo≫.
El elemental soltó una carcajada profunda y gutural.
Noremi saku tale nimal Me caes bien, humanoOneru thelukan ne No te mataré.
El elemental desapareció entre una nube de humo para disgusto de la bruja, que soltó un chillido agudo.


***

La que había sido Ealena lanzó una llamarada azul sobre Victhorin, que a penas pudo esquivar el ataque lanzándose hacia un lado. 
─¡Ealena! ─gritó─ ¿¡Qué te ocurre!?
─No soy Ealena ─dijo la mujer con una voz que se superponía a la de Ealena─. ¡Soy Mistral, el viento del noroeste!
La mujer junto sus manos y un chorro de fuego brotó de ellas dirigiéndose hacia Victhorin pero este ya estaba preparado y lanzó uno de sus frascos, del que surgió una enorme figura de barro, que protegió a Victhorin convirtiéndose en piedra.



***

La espada de Lem y la de Fillat chocaron por primera vez y ambos aguantaron la posición, empujando al otro. La máscara de Fillat se estremeció y el elfo pudo notar que el villano estaba sonriendo. Se separaron y volvieron a atacarse, esta vez por encima de la cabeza, por debajo de la cadera izquierda de Lem y por la derecha de la cabeza de Fillat. En ese momento, una figura irrumpió en la sala. Era una elfa, que portaba un arco en la mano y el carcaj de flechas en la espalda.



─Creo... ─dijo Émiryn, y todos cesaron sus combates─ Creo que me he equivocado de puerta. Debe de ser... ─Ryn miró al suelo dubitativa y volvió a mirarlos, esta vez con una ancha sonrisa en la que enseñaba todos los dientes─. Me he perdido ^^.

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