martes, 27 de junio de 2017

DEREBAND Cap 12

Cristán encajó una flecha en su arco y apuntó a Kapzharg. El asesino no se movió. Una gota de sudor descendió por su nariz. Tensó más el arco. Kapzharg se mantuvo inmóvil. Cristán soltó la flecha. La flecha voló a una velocidad increíble. Pero el asesino fue más rápido. La flecha impactó detrás suyo. 
Kapzharg la había esquivado con facilidad apartándose hacia un lado.

***

Alilea se arrastró un metro. Otro. Jadeó. Miró hacia Umi. La asesina seguía de espaldas. La jinete avanzó otro metro usando sus manos. Estaba muy cerca. Se volvió hacia atrás. La guerrera parecía distraída. Ali volvió a mirar hacia delante. Dios, estaba tan cerca... Pero la herida le dolía tanto... Daba igual. Tenía que llegar. Sacó unas pocas fuerzas y avanzó un metro más.


***

Edd levantó la cabeza y miró a Ulfancho.
¿Ahora ya no eres tan duro, eh enano?
Edd cogió el mango de la lanza y se la sacó de la pierna. Miró al asesino del oeste con fúria y lanzo la lanza a un lado. Se levantó usando su martillo, aunque era evidente que había perdido movilidad.
─Lem ─dijo el guerrero con voz potente─. Marchaos. Partonio y yo nos ocupamos de estos dos.
─Pero...
─¡Marchaos!
─Como quieras amigo ─cedió Lémoilas─. Tened cuidado.
Los cuatro, Lem, Eliawain, Ari y Stert, salieron de la estancia usando la llave que Ulfancho había vomitado. 
¡No! ─gritó Ulfancho.
─Déjalos ─ordenó Wakambidi─. Ya nos ocuparemos de ellos después de haber eliminado a estos dos.
─Esto se va a poner interesante... ─sonrió Edd a la vez que agarraba su martillo y cojeando colocaba su espalda con la de Partonio.


***

Eliawain corría por los túneles de la caverna. Ari, Stert y Lem lo seguían de cerca. 
─Es por aquí ─dijo cuando llegaron a una ramificación. 
Los tres lo siguieron corriendo. En poco rato llegaron a una amplia sala. En el centro, una mujer afilaba sus dos espadas. 



─Lamento importunaros ─dijo la mujer echándose hacia atrás el cabello─, pero no podéis pasar de aquí. Mi nombre es Ermi, la asesina del noreste y tenéis  que pagar para poder pasar.


***

Cristán encajó otra flecha. No podía fallar. Ahora no. Tensó el arco y apuntó a Kapzharg, que se mantenía inmóvil. 
─Las probabilidades de que aciertes ─dijo el asesino─, son del 0'03%.
Cristán tragó saliva. Sólo le quedaban dos flechas. Si se quedaba sin munición, aquél individuo acabaría con él. Disparó. La flecha surcó el espacio que había entre los dos contrincantes a gran velocidad, pero el asesino echó un paso hacia atrás, dejando pasar la flecha a la vez que se ponía de perfil. Entonces, cogió la flecha con la mano en un movimiento fluido que aprovechaba la fuerza que llevaba la saeta, dio una vuelta completa sobre si mismo y lanzó la flecha contra el arquero que la había disparado. Cristán trató de esquivarla pero la flecha iba demasiado rápido. El dolor que sitió cuando la flecha entró en su cuerpo fue indescriptible.

***

Ali miró la cuerda. Joder debía avanzar un poco más. Se arrastró como pudo. Ya llegaba a la soga. Ali sacó un cuchillo. Empezó a cortar la gresa cuerda. Maldita sea, aquello duraría bastante. 

***

─Ulfancho ─dijo Wakambidi con su lanza rotando en su mano─, el enano es tuyo. Yo me encargo de este ermitaño.
Como quieras Wakambidi ─respondió el monstruo sonriendo.
Edd se colocó en guardia y esperó a que Ulfancho lo atacara. El asesino intentó abrirle la cabeza con la hacha pero el enano esquivó el golpe apoyándose en su pierna buena. Acto seguido pasó el enorme martillo a ras del suelo golpeando en las piernas de Ulfancho, que cayó al suelo estrepitosamente. Edd avanzó cojeando hacia el monstruo y levantó el martillo con un grito triunfal. Lo bajo con fuerza, decidido. Pero la espada de Ulfancho también subió decidida. El mango del martillo fue cortado por el acto desesperado de Ulfancho, que lo miraba sin creerselo. Sorprendido, Edd hizo un paso atrás, momento que el asesino aprovechó para ponerse en pie en una sonrisa macabra. 
Wakambidi y Partonio daban  vueltas en círculos, buscando fallas en el movimiento del rival. El asesino se hechó hacia atrás con la lanza en una mano y apoyada en el codo del mismo brazo y sonrió con chulería. sin embargo Partonio no lo atacó. Sabía que su enemigo buscaba provocarlo para que hiciera un paso en falso y él no iba a darle tal satisfacción. Sonrió y se colocó en posición de pelea. 

***

─No tenemos tiempo para esto ─dijo Stert─. Yo me ocupo. Marchaos y liberad a Ryn. 
─Sí ─dijo Eliawain. 
Los tres salieron de la sala dejando atrás a dos mujeres que empezaron a bailar la danza de la muerte.

***

Joder. Le había dado en el maldito hombro. Cristán miró la flecha que sobresalía de su cuerpo. Debía acabar con eso ahora. El arquero encajó su última flecha. 
─¿Todavía sigues con eso? ─dijo Kapzharg─. Ya te he dicho que no tienes más que un 0'03% de probabilidad de acertarme.
─Sí ─respondió Cristán─, pero este será el tiro decisivo.

***

La cuerda estaba a punto de romperse cuando Umi la vió. 
─¿Todavía sigues con vida? ─preguntó con una sonrisa socarrona. Entonces vió lo que Alilea estaba haciendo─. ¡NO!
La asesina levantó una mano hacia Ali, como intentando pararla. La jinete, por su parte le dirigió una sonrisa antes de cortar finalmente la cuerda. El candelabro se precipitó sobre la asesina. Alilea se tumbó boca arriba, jadeando, y sonrió. Lo había conseguido.

***

Wakambidi trató de atravesar a Partonio con la punta de su lanza pero el ermitaño esquivó el ataque y levantó su pie descalzo para golpear la mandíbula del asesino pero este se hizo atrás inclinandose y esquivando la patada. Sin embargo, Partonio ya había lanzado otro ataque con el bastón, que golpeó a Wakambidi en el abdomen y después, conectó una serie de patadas al asesino que lo noquearon. 
─Sólo venciste a Páragul porque él tiene la pierna herida ─afirmó Partonio─. Pero no te vengas arriba. Eres más fácil de derrotar que Polónia.

Edd esquivó el hachazo que le venía hacia la cabeza verticalmente. Esquivó la estocada hacia su abdomen y esquivó otro ataque horizontal a su cabeza. Mierda, estaba desarmado contra un tipo con dos armas. Aquello pintaba muy feo. En ese momento, oyó la voz de Partonio que le decía:
─¡Edd, cógela!
Con rapidez, Edd esquivó un corte diagonal de la espada de Ulfancho y cogió la lanza que Partonio le había lanzado. en un movimiento fluido, Edd se agachó, esquivando un ataque de Ulfancho, y clavó aquella lanza en el estómago de su enemigo.

***

La flecha surcó el espacio que los separaba. Unas llamas verdes, rodeaban la saeta y su velocidad incrementó. Las pupilas de Kapzharg se dilataron justo antes de que la flecha impactara. Entonces, una explosión recorrió la caverna y envió al asesino a la otra pared, donde quedó colgando de la flecha, que lo había atravesado y lo había clavadoo en la pared. 
─Esa es la razón ─dijo Cristán─ por lo que no confío en la probabilidad.

domingo, 25 de junio de 2017

DEREBAND Cap. 11

─No tenemos tiempo para esto ─dijo Ari─. Ataquemos todos a la vez, él está solo y nosotros somos seis.
─Eso no sería honorable ─dijo Edd─. Dejad que me ocupe de él. 
Édgamer avanzó y sacó su martillo de la vaina que portaba en la espalda.
Miró a su enemigo y sonrió tras esa espesa barba que le cubría la cara. Ulfancho atacó de frente y sin miramientos con un corte de la hacha hacia la cara de Edd, pero el enano se hechó hacia atrás esquivando el golpe. La siguiente estocada con la espada de Ulfancho fue repelida por el mango del martillo de Edd, que no dudó en aprovechar la oportunidad que le brindaba la guardia baja del ser. Con un poderoso golpe de martillo, Edd trató de destrozar la cabeza del asesino, pero este se agachó plegándose hasta que la espalda prácticamente quedó en ángulo recto con sus piernas. El criminal volvió a atacar al enano, que repelió el corte del hacha dirigido a su costado usando su martillo, que después blandió para tratar de apastar a Ulfancho que desvió el ataque con su espada. Los dos retrocedieron unos pasos para tratar de buscar fallas en la defensa de su enemigo.

***

Umi Zenbao sacó la katana del cuerpo de Alilea, que yacía en el suelo aparentemente sin vida. Con un trapo, Umi limpió la sangre de Alilea de su espada a la vez que se giraba para ir a la puerta. Alilea abrió un ojo y jadeó imperceptiblemente. Aquella despiadada guerrera la había vencido en el combate, sin embargo, todavía no la había derrotado completamente. En ese momento, vió la cuerda que permitía bajar el candelabro para encender sus velas. Si conseguía cortar esa cuerda, el candelabro caería sobre la asesina del sureste.


***

Cristán abrió los ojos. Su brazalete de madera lo había salvado de la hoja de Kapzharg. El asesino trataba de sacar la espada del brazalete, pero este era demasiado grueso y el asesino no podía sacarla. Cristán sonrió por s buena suerte y golpeó con el puño la cara del norteño. El asesino dió un paso atrás a causa del golpe y Crristán volvió a golpearlo. En el abdomen. En la cara. Kapzharg cayó al sueloy se apoyó en su mano izquierda. Con la derecha se limpió  la sangre que le chorreaba del labio. 
─Admito que eso no me lo esperaba ─dijo Kapzharg levantándose.
─Supongo que es bueno que te hayas sorprendido ─dijo el arquero lanzando la espada hacia atrás.
Kapzharg sonrió y se colocó en guardia, aunque iba desarmado.

***

De repente, Edd sonrió socarronamente y se inclinó hacia atrás, con el martillo en una mano. Ulfancho, no dudó un instante en atacar y la sonrisa de Edd se ensancho. Con una velocidad inusitada, el martillo del enano se dirigió con asombrosa potencia hacia la cabeza de Ulfancho lateralmente por la derecha. El asesino, sorprendido, paró el golpe con sus dos armas y se tambaleó por la fuerza del golpe. Edd usó el mango de su arma para golpear a Ulfancho en su cadera izquierda y desestabilizarlo más. El asesino se echó hacia atrás un paso protegiéndose la cadera que había recibido el golpe y en ese instante, Edd golpeó con toda su fuerza el lateral del ser. El martillo se hundió en el estómago del monstruo que gritó y cayó hacia atrás soltando sus armas y agarrándose la zona afectada. De repente, el monstruo trató de cerrar la boca, pero no surgió efecto. Vomitó una masa sanguinolienta, con la llave en el centro.
Edd sonrió y Ari avanzó hacia Ulfancho.
─Que asco ─dijo la espadachina cuando cogió la llave del centro del vómito.
Todos estaban pendientes de la llave que Ariwen tenía en la mano cuando de repente un grito ahogado resonó en la sala. Edd hincó una rodilla en el suelo. En la parte frontal de esa misma pierna asomaba la punta de un arma. Una lanza le había atravesado todo el muslo, entrando por la parte del glúteo de Edd y saliendo casi en la zona de la rodilla. 


Edd jadeó dolido y una figura salió de entre las vigas que había en el techo de la sala. 
─¿Creíais que sería tan fácil derrotar a la banda de las Ocho Direcciones? ─preguntó Wakambidi.
Somos los asesinos de oriente y occidente ─dijo Ulfancho levantándose apoyado en la espada. No lograréis pasar de esta sala con vida.
─¡Yupiiiii! ─exclamó Partonio sonriendo mientras salía de entre sus compañeros─. ¡Por fin voy a poder pelear!¡Don capirote!

miércoles, 21 de junio de 2017

DEREBAND Cap 10

Cristán sonrió y miró de frente al asesino.
─Lamento decirte ─dijo el asesino mirando a los ojos de Cristán─ que las probabilidades de que me derrotes se han reducido a un 3'2 %.
─Creo que me infravaloras ─sonrió Cristán.
Kazharg rió y en sus ojos asomó el brillo de la muerte. Avanzó a gran velocidad y usó su espada para atravesar el cuerpo de Cristán. Sin embargo, el arquero ya no se encontraba en ese lugar y una flecha estaba volando en dirección al villano. 


***

En otro lugar un candelabro se zarandeaba sobre las cabezas de dos mujeres guerreras. Alilea sacó su espada corta y buscó fallos en la defensa de Umi. No los encontró. 
─Si lo que buscas son fallos en mi defensa ─dijo Umi─, lo tienes crudo. No dejo ningún espacio aprovechable por mi enemigo.
─¿Tú crees? ─preguntó Ali─ Ya he encontrado al menos tres que puedo usar en mi beneficio.
─¡Mientes! ─gritó Zenbhao justo antes de atacar a una velocidad sorprendente. Alilea rechazó el primer ataque y fué reculando por la fuerza y velocidad de los ataques de la asesina del sur. 
En ese momento Ali retrocedió lanzando un tajo hacia Umi. Sin embargo, esta lo esquivó saltando y cayó sobre Ali con la espada lista para cortarla.

 

***

Eliawain avanzó con la mano prendida en llamas por el centro del pasillo. A su lado se encontraba Lem y Stert y Ari los seguían de cerca. En la retaguardia se encontraban Partonio y Édgamer. Súbitamente, el pasillo se iluminó por fuegos azules en los lpasillos laterales que acababan en una pared de roca.


─Esto no me gusta ─dijo Stert.
─¡Como molaaaa! ─dijo Lem con los ojos brillando de ilusión.
Los seis siguieron avanzando hasta llegar a una sala grande, parecida a las anteriores. Esta, estaba organizada cómodamente, con sillones de terciopelo y grandes alfombras de lana. Una chimenea preciosa se situaba a la derecha de la entrada y por las paredes había cuadros y estatuas con armadura por doquier.
Los seis entraron a la sala, preparados para cualquier cosa. De repente, empezaron a oír pasos de la salida de la sala. Una figura entró en la habitación. Llevaba una calabaza por cabeza y en su cinturón reposaban una espada y una hacha.
Hola hola ─dijo el extraño.
─¿Q-Quién eres? ─preguntó Eliawain visiblemente asustado.
Me llaman Uflancho ─respondió el atemorizante individuo─. Pero vosotros me podéis llamar Muerte ─concluyó con una malvada risa.
El desconocido cerró la puerta usando una llave. Acto seguido cogió la llave y la introdujo por la abertura que tenía por boca, engullendo la preciada llave. 
─¡¿POR QUÉ HAS HECHO ESO!? ─gritó Lémoilas.
Para que tengáis que derrotarme para pasar a la siguiente habitación ─sonrió el pérfido ser mientras se ponía en guárdia.


***

Kapzharg se agachó esquivando así la flecha. 
─Te dije que las posibilidades de que me derrotes son del 3'2% ─dijo volteándose hacia el lugar donde estaba Cristán. 
El arquero disparó de nuevo y Kapzharg repelió el golpe con su espada. Cristán disparó otra vez. Y otra. Falló de nuevo. Kapzharg se fué acercando. Cristán siguió disparando hasta quedarse con tres flechas. Kapzharg siguió repeliendo y acercandose al punto en que le asestó un golpe con la espada.


***

Alilea retrocedió agarrándose el hombro herido. Aquella mujer era realmente hábil. Pero ella no se dejaría ganar. Alilea atacó con una finta. Era muy evidente que le faltaba técnica usando la espada. Seguramente si hubiese tenido su caballo el resultado habría sido diferente. Umi paró el ataque y forzo a Alilea a retroceder con un corte a la jinete en la espinilla. Ali gimió y retrocedió un paso a la vez que intentaba cortar a su enemiga. Sin embargo, la asesina esquivó el ataque y atravesó el abdomen de Ali con su espada.



domingo, 11 de junio de 2017

DEREBAND Cap. 9



Empezaron a bajar las escaleras de la guarida, buscando a Ryn. Eliawain iba el primero con un fuego fátuo en la mano, seguido de cerca por Lem, que se mantenía tenso, esperando que les atacara cualquier enemigo. El resto iban detrás, aunque la retaguardia la cubría Edd con su escudo y su espada. 


Hubieron bajado unos cuantos metros, hasta que llegaron a una sal grande, toda ella hecha de roca, con aberturas por las que entraba luz mágica. Los ocho entraron, formando un círculo, cubriéndose las espaldas y vigilando cualquier señal de ataque, pues sabían que estaban en un sitio facilmente atacable. 
Entonces, Eliawain pisó una baldosa, que se hundió en el suelo, provocando que una enorme losa de piedra cerrara la abertura por donde habían entrado.
─Que raro que haya sido Eliawain ─dijo Edd con sorna.
─¡Oye que no tengo culpa de mi mala suerte! ─se quejó el mago.
─Si tuvieras algo que te diera suerte, no estarías así ─replicó Partonio.
Una risa sonó por toda la caverna. 
─La verdad si que tiene mala suerte el mago ─dijo una voz desde detrás de un pilar─. Las probabilidades de que pisara esa baldosa eran de un 20%.
Una figura salió de detras de la columna. Portaba vestiduras rojas y una espada en la espalda. Su pelo rubio y largo, le cubría la frente y un pañuelo ocultaba la parte inferior de una cara poblada de cicatrices. 
─¿Quién eres? ─dijo Lémoilas mirando con actitud desafiante al individuo que se encontraba frente a él,
─Mi nombre es Kapzharg, el asesino del norte, y tengo órdenes de no dejaros pasar.
─Esto es chungo ─dijo Edd─. El pelo-escoba ese, parece tocho.
─Dejadme enfrentarme a él ─dijo Cristán─. Este es mi combate.
─Como quieras ─dijo Lem.
Cristán sacó su arco y Kapzharg su espada. 
─No os dejaré pasar ─dijo con voz firme pero clara─. Y las probabilidades de que me venzáis son del 24.3%.
─¿Ah sí? ─dijo Cristán colocando una flecha sobre la cuerda de su arco─. Lem ─susurró después el arquero─, corred a mi señal.
─Okai ─respondió Lémoilas, despreocupado como siempre.
Cristán disparó una flecha que Kapzharg esquivó sin dificultad.
─Je je ─dijo Kapzharg mientras esquivaba la flecha─. Las probabilidades que me des con tus saetas son de un...
─¡Ahora!
La compañía salió de la sala y se siguió adentrando por los pasillos subterráneos.
─Buen truco, arquero ─dijo el asesino─. Has logrado sorprenderme.
─Me llamo Cristán ─dijo el aludido sonriendo─. Y te voy a derrotar.

La compañía siguió avanzando por las galerías secretas, hasta que llegaron a otra sala. Parecía una armería, por como estaban decoradas las paredes, con múltiples espadas, mazas y arcos. En el centro de la habtación se encontraba sentada en una silla, una mujer de pelo negro y sombrero de paja, fumando pipa.

─¡Buenas señores! ─dijo sonriendo.
─¡Hola, soy Lem! ─respondió el líder de la compañía.
─¿Qué os trae por aquí? ─preguntó la chica.
─Pues que han raptado a una amiga nuestra ─aseguró Lémoilas.
─Lem tío ─dijo Edd preocupado─, no le cuentes todo.
─Pero si parece de fiar ─se quejó Lem.
─Moi la acabas de conocer ─replicó Eliawain.
─En realidad... ─empezó la chica levatándose─ Me llamo Umi Zenbao y soy la asesina del sureste. No os debo dejar pasar pero si alguien pelea contra mí, el resto pueden seguir. 
─Me parece bien ─dijo Ali─. ¿Quién quiere pelear contra ella?
─Yo soy el que sabe dónde está Ryn ─dijo Eliawain.
─Yo tengo que curaros si os hacéis daño razonó Partonio.
─Yo debo acompañar a Lem, que a saber que barbaridad hace aseguró Ari.
─Yo voy con Ari ─se encogió de hombros Stert.
─¡Yo voy a pelear contra Fillat! ─se entusiasmó Lem.
─Yo... estoy haciendo mis runas ─se escaqueó Edd.
─Panda de gallinas... ─dijo Alilea.
─Oye que no es que seamos cobardes, ─aseguró Edd es que nos da pereza.
─¡Está bien! Yo pelearé contra ti ─dijo Ali ignorando a Edd.
─¡Oh vale! ─sonrió Umi─ El resto podéis pasar.
Así, Umi desenvainó su espada y, sonriendo, se colocó en posición de batalla, mientras en otro lugar, Cristán y Kapzharg estaban envueltos en una disputada pelea a muerte.
Los seis que quedaban, siguieron avanzando por los pasadizos, a la espera del enemigo que surgiría a continuación. 

sábado, 10 de junio de 2017

DEREBAND: Cap 8

Rápidamente, Edd y Eliawain montaron una tienda de campaña mientras el resto exceptuando a Páragul y Victhorin aseguraban la zona.
─Malditos bastardos... ─dijo Ealena con el so
Victhorin se metió con Páragul en la tienda. Todos volvieron. No había rastro de los asesinos y si había uno, no habían sido capaces de encontrarlo. Lem se sentó sobre una roca, al lado de Eliawain que estaba descansando sobre un tocón. Lem tenía una cara de clara preocupación cuando sacó una tablilla de chocolate.
─¿Crees que se recuperará? ─preguntó Eliawain compungido.
─Claro ─respondió Lem, seguro─. Estoy más preocupado por Ryn. Quién sabe por lo que estará pasando...

Pasaron unas horas y Vícthorin salió de la tienda. Sus manos estaban ensangrentadas y traía un semblante triste. 
─He hecho lo que he podido ─dijo Victhorin─. Pero la pierna está peor de lo que estaba. Dudo que pueda volver a andar.
─¿Cómo está? ─preguntó Lémoilas.
─Está consciente, si es lo que quieres saber ─dijo Vícthorin. 
Lémoilas se levantó y fue hacia la tienda. Cuando entró, vió a Páragul tumbado sobre una camilla de ramas y hojas con las heridas vendadas con unas vendas impolutas. A su lado, en el suelo, había un gran número de frascos de cristal vacíos pero con restos que indicaban que Vícthorin los había usado para tratar a su paciente. 
─¿Cómo te encuentras? ─preguntó Lem a la vez que se sentaba a los pies de la cama en que se encontraba Páragul.
─Mejor ─respondió Páragul─. ¿Dónde está Ryn?
─... ─Lem desvió la mirada yPáragul lo miró.
─¿Dónde está, Lem?
─Ellos... se la han llevado.
─¿Y a qué esperamos? ─dijo Páragul destapándose─ ¡Hay que ir a por ella!
Entonces Páragul vio su pierna. Tragó saliva y miró a Lem.
─Vícthorin ha dicho que no podrás caminar de nuevo ─dijo Lem mirando al suelo.
Páragul se volvió a acostar y miró el techo de la tienda, en shock. Lémoilas, dejó la estancia en silencio.
Toda la compañía esperaba fuera. 
─¿Cuál es el plan? ─inquirió Edd.
─No sabemos dónde se encuentran... se lamentó Ari, apenada.
─En realidad ─dijo Eliawain─. Sí que podemos saber dónde se encuentra. 
Todos miraron a Eliawain, sorprendidos. 
─¡Oye, oye! ─dijo Eliawain, incómodo─ ¡No me miréis asi!
─¿Cómo? ─preguntaron Ali y Stert a la vez.
─Usando un hechizo ─respondió Eliawain, franco.
─¡Pues úsalo! ─dijo Cristán.
─Vale, vale, ya voy. 
Eliawain cerró los ojos y levantó el dedo índice. Movió ese dedo en círculos y pareció que la realidad se distorsionaba, y todos vieron como el aire alrededor del dedo del mago, adquiría una textura acuosa. De repente, el dedo dejó de moverse y señaló en una dirección. 
─Es por ahí ─dijo el mago. 
─¡Vamos!─dijo Lem.
─No ─se negó Vícthorin─. Páragul está muy débil. Si lo movemos, se podría morir.
─En ese caso... ─dijo Lem─ Cristán, Vícthorin y Ealena se podrían quedar aquí mientras el resto vamos a rescatar a Émiryn.
─De acuerdo, me quedo con Victhorin ─dijo Ealena complacida.
─Eliawain, guíanos ─dijo Lem mirando al mago.
─En seguida, Moi
La partida de guerreros fueron siguiendo a Eliawain hacia las enormes colinas de los páramos de aquella zona. 
Una fina llovizna empezó a caer cuando llegaron a la entrada de la guarida de los hombres de Fillat. Tres guerreros con runas en la frente, estaban vigilando la entrada. Estaban bien armados y se mantenían firmes, con las cimitarras preparadas. Cristán sacó su arco y se adelantó. Los tres soldados atacaron a Cristán, que encajó tres flechas en la cuerda de su arco y disparó. Las tres flechas, se disgregaron y dieron en el banco, atravesando el pecho de sus tres enemigos, que desaparecieron. 
─El disparo de los tres nombres ─dijo el arquero.
Los ocho amigos entraron en los túneles subterráneos que conformaban la guarida de Fillat, con la firme intención de sacar a Ryn de allí. 

miércoles, 7 de junio de 2017

Naruto, el mandato del 6º Hokage. Capítulo 10: Misiones de acceso al ANBU, equipo 5.

Capítulo 9:
Misiones de acceso al ANBU, equipo 5.

 Era de mañana. El Sol empezaba a deslumbrar en Konoha. Era el día, el día del repartimiento de misiones para acceso al ANBU.
Todos los que participaban estaban a las puertas de la residencia del Hokage vestidos con el uniforme de chunnin y jounin.
Fueron entrando uno a uno y les iban dando sus respectivas misiones. El equipo 5 iba a entrar ya. Víctor, Jacobo y Moi entraron, adentro les esperaba Edgar con su antiguo traje del ANBU. El Hokage, sentado en una mesa, desenrollo un papiro y se decidió a darles su misión.

-Aquí tenéis. Es una misión de rango S+. Os quería poner una misión de rango más bajo, pero puesto que vais junto un antiguo miembro del ANBU he pensado que esta misión esta a vuestra altura. A continuación vuestro maestro os la explicará.

-Vale, os diré en que consiste. Hace poco unos rastreadores del ANBU encontraron una pequeña cueva donde empezaron a notar una actividad constante de desertores de Iwagakure y Sunagakrue. Cada día que pasaba iban viendo como estos desertores se estaban armando para algo y decidieron actuar, pero han sido capturados por estos. Nos enviaron una carta solicitando un pago para su liberación. Nuestra misión es entrar en la cueva sin ser vistos y capturar a estos enemigos y liberar a los rehenes. Recordad que no sabemos nada de estos ninjas, solo que están armados y puede que sean de alto rango ya que han sido capaces de secuestrar a un equipo entero del ANBU. ¿Tenéis alguna duda?

-Em... Yo si. ¿Y cómo se supone que entraremos allí sin ser vistos? -preguntó Moi-.

-Ya he pensado eso, una vez allí os contaré, ahora preparaos para la misión. Al mediodía os esperaré en la puerta norte de la ciudad. Quién no este será expulsado del grupo y por lo tanto, suspendido en las pruebas.

-¡Entendido!-dijeron los tres asintiendo con la cabeza-.

Todos salieron de allí. A las afueras del lugar se encontraban el resto del grupo de amigos charlando sobre sus misiones. Moi les saludó pero se tuvo que marchar rápidamente. No quedaba mucho para el mediodía y no podía faltar. Se dirigió a casa de su madre. Cuando entró su madre no estaba y por lo tanto su hermano tampoco. Moi subió a su habitación, la cual estaba decorada con muchos posters de One Piece y de la revista Bravo. Se preparó una mochila con ropa, una cantimplora y un par de cosas básicas como kunais, shurikens, tinta y rollos de papel de chakra. Cuando ya lo tuvo todo fue hacia la puerta donde todos los del equipo ya le esperaban. Era el último, pero por suerte no llegaba tarde.

-Ya estamos todos entonces, venga, vamonos.-dijo Edgar-.
-¡Si!-asintieron todos-.

Todos salieron de Konoha, en dirección hacia Omegakure, al nordeste. Pasaron varias horas y nadie había hablado aún, se notaba que la misión era seria. Cuando llegaron bastante profundo del bosque todos se detuvieron en seco en una pequeña aldea. Era de tarde ya, allá las cuatro y todavía no habían comido.

-Venga, pararemos a descansar. Aquí hay un pequeño restaurante donde sirven arroz. Invito yo.-dijo Edgar-.

Estaban afuera del restaurante, todos comían tranquilamente, pero nadie hablaba. A Moi le incomodaba la situación así que intentó entablar una pequeña conversación.

-Em... Esto... Tengo una pregunta para ti Edgar.
-Dime rubiaza.-le contestó este-.
-¿Tú como has conseguido el mangekyou?
-Ah... Eso... Bueno es una larga historia. ¿Porque?
-Nada... Solo curiosidad...
-Bueno, te puedo decir que fue haciendo las pruebas que estáis haciendo vosotros, de hecho lo activé junto a Raúl.
-¿Enserio? Eso no lo sabía.
-Si, yo le conocí en el ANBU. Y en medio de una misión pues... Lo activé. Pero ya os lo contaré con más tiempo.
-Ah... Vale.
-Vosotros dos, los hermanos. ¿Sabéis como se consigue mangekyou?
-Pues... Pues no, la verdad es que no.-contestó Víctor-.
-Entonces ya lo descubriréis. Venga adelantaros. Hemos de salir cuando antes para poder acampar en el bosque.

Todos se levantaron de las mesas y siguieron marchando hacia el nordeste. Cuando ya se hizo de noche, Edgar les paro en un pequeño descampado del bosque.

-Bien, acamparemos aquí.
-Em... No es por nada. ¿Pero y las tiendas?-preguntó Jacobo-.
-Aaaaah, aquí viene lo bueno. Mirar.-le contestó Edgar-.

Edgar empezó a hacer sellos y... ¡Apareció una enorme casa de madera!



Todos se sorprendieron de esto, nadie esperaba que un usuario del mokuton (elemento madera) también pudiera hacer casas. Entraron adentro, no era de lo mejor en comodidad, pues solo tenía una gran habitación, pero al menos era una pequeña casita donde pasar la noche cubiertos y sin peligros alrededor. Todos cenaron y los hermanos se fueron a dormir rápidamente, menos Moi y Edgar, los cuales salieron fuera de la casa a hacer guardia.

-Te lo voy a contar Moi.
-¿Lo cualo?
-Lo del mangekyou.
-Aah, vale, vale. Vale dime.
-Mira todo empezó en una misión del ANBU... Nosotros teníamos como objetivo acabar con unos desertores de Konoha los cuales eran dos hermanos de nivel jounin que asesinaron a su compañero de equipo por quitarle su byakugan. Mi equipo se componía por Raúl, un antiguo miembro del ANBU llamado Sai, Erika y yo... Todos entablamos una muy buena relación por el viaje, el cual duró 4 días. Nos hicimos muy inseparables yo y esa chica, pero... El último día... El último día ella fue secuestrada junto a nuestro maestro por los renegados. Yo y Raúl conseguimos salvar al maestro, quién estaba acompañado por uno de los hermanos, pero el otro huyó con Erika... Nos dividimos por el bosque para encontrarles. Cuando yo me alejé de todos... Los encontré, pero... Erika estaba muerta en el suelo... A partir de ahí, noté como mi mangekyou se activó y me lancé decidido a por el enemigo... Quién maté de un solo golpe en el pecho con una estaca de madera hecha con mi mokuton...
-Jope... Entiendo que no quisieras contarlo Edgar... 
-Bueno, ya no pasa nada, lo conseguí superar. Pero me cuesta hablar de ello aún así como entenderás...
-Si, te entiendo...

sábado, 3 de junio de 2017

ONE PIECE RE: BIRTH Capítulo 12: Justo a tiempo

ONE PIECE

RE: BIRTH

CAPÍTULO 12:
JUSTO A TIEMPO



François y Barnau están completamente perdidos.

FRANÇOIS: ¿No habíamos pasado ya por aquí?
BARNAU: Yo qué sé, a mí me parece todo igual.
FRANÇOIS: A saber dónde estarán los demás...

Los dos oyen un rugido y empiezan a correr como si no hubiera un mañana.

BARNAU: ¡Corre tío, por tu madre!

Los dos siguen corriendo hasta llegar a la zona donde están empezando las peleas, pero ellos siguen corriendo y se tropiezan con Ari, Jeireddin y María, los cuales están convertidos en estatuas de cera. Al tropezarse, éstos caen y la cera se rompe, por lo que se liberan.

JEIREDDIN: Al fin...
ARI: Pensaba que aquí se acababa todo.
MARÍA: Ahora tenemos que liberar a Alisabeth, sin ella nos será imposible vencer.
BARNAU: ¿Alguien nos explica qué ha pasado aquí?
ARI: Vosotros dos poneos junto a los gigantes para que no les pase nada.
FRANÇOIS: ¡Ostras, gigantes!

Ari coge el látigo de María y corre hacia Miss Goldenweek.

ARI: ¡Cubridme!
MR. 3: ¡Cuidado, Miss Goldenweek!

Mr. 3 crea dos serpientes de cera pero Jeireddin crea dos espadas de sangre y se pone delante de las serpientes.

JEIREDDIN: Chicos, ya habéis oído, hay que dejar el camino limpio para Ari.
MR. 3: ¡Huye, Goldenweek!
MR. 5: Tranquilo Mr. 3, ya me encargo yo.

Mr. 5 se saca un moco y se prepara para lanzarlo, pero Edgard aparece por detrás y le hace un corte en la espalda.

MR. 5: ¡Agh. maldito..!
EDGARD: Solo cumplo órdenes, además, dentro de poco dejarás de sentir dolor, mejor dicho, dejarás de sentir.
ARI: Gracias chicos.

Miss Goldenweek agarra su pincel y se prepara para atacar a Ari, pero la vigía es más rápida y utiliza el látigo para agarrar la pierna de Goldenweek.

ARI: Te tengo.
MISS GOLDENWEEK: Parece que mi derrota está asegurada... (Coge una galleta y le da un mordisco).

Ari gira y da vueltas en el aire a Miss Goldenweek, cuando ya la ha mareado bastante la suelta y sale disparada.

ARI: Buff... Ya nos hemos deshecho de una.
MARÍA: ¡Genial, utilizas el látigo de Gringham mejor que yo!
ARI: Jeje.

Los efectos de la pintura se pasan y Alisabeth, Pier y Ester vuelven a su estado normal.

ALISABETH: ¡Genial, prepárate Mr. 3!

Alisabeth se pone junto a Jeireddin y corta a una de las serpientes en dos sin ningún problema.

MR. 3: Maldición, están remontando...
ALISABETH: ¡Pier, Ester, escuchadme bien!
ESTER: ¿Sí?
ALISABETH: Ahora estamos casi todos aquí, y eso me gusta, pero aún no sabemos dónde están Cris, Miry, Moi y Yoshi, podrían estar en problemas, así que confío en vosotros para que los encontréis.
PIER: Está bien.
ESTER: ¿Vamos a hacerlo de verdad?
PIER: Esta banda pirata se ha ganado mis respetos, así que sí.

Ester y Pier salen de la zona.

Mr. 5 le lanza varios mocos explosivos a Edgard, y él los esquiva absolutamente todos mientras se va acercando.

MR. 5: ¡No puede ser, no puede ser, no puede ser!
EDGARD: Prepárate...

Edgard convierte media parte de su cuerpo en humo y se impulsa hacia Mr. 5, provocando un corte profundo en su torso.

MR. 5: Ayúdame... Mr. 0...

Mr. 5 cae al suelo.

EDGARD: Por aquí está todo limpio, chicos.
FRANÇOIS: ¡Bravo, Edgard!
BARNAU: ¡Eres un grande!
EDGARD: Hostia, me anima mi ejército de enanos.
BARNAU: ¡Ey, yo no soy tan bajito!
EDGARD: Claro, Barnau, claro.

Pier y Ester corren por la isla hasta oír ruido.

ESTER: Ahí hay jaleo.
PIER: Pues vamos.

Los dos van hacia donde oyen el ruido y encuentran a Miry y Cristian rodeados de cuatro T-Rex, uno de ellos es el que les perseguía hace unas horas.

MIRY: Estos ya me están cabreando, me he cansado de huir.
CRISTIAN: ¿Vas a luchar contra ellos?
ESTER: Los dinosaurios de esta isla no son tan fuertes como parecen, un humano bien entrenado les puede vencer.

Miry da un salto y golpea a uno en la cara con su barra, luego en la barriga y luego en un costado, tirándolo al suelo.

PIER: Joder, pero vencer a uno con una barra tiene mérito.
CRISTIAN: Deshagámonos de ellos de una vez.

Ester le clava sus dos hachas en los ojos a uno de ellos, Pier le da una lluvia de puñetazos a otro y finalmente Cristian golpea a uno con su martillo en la cabeza, rompiéndole el cráneo. Los 4 dinosaurios yacen en el suelo.

CRISTIAN: Ya sé qué vamos a cenar hoy.

En la casita de cera, Miss Valentine sigue aplastando a Moi. 

MOI: ¡Yoshi, dale un cañonazo!
MISS VALENTINE: ¿Qué?

Yoshi se convierte en cañón y dispara a Miss Valentine. lo esquiva saltando en el aire.

MISS VALENTINE: Prepárate rubiales, te van a caer ahora 500 kilos encima.

Cuando Valentine va a caer Moi se aparta.

MOI: Je, he conseguido liberarme.
MISS VALENTINE: No te servirá de mucho, voy a volver a aplastarte.
MOI: No lo creas, esta batalla la vamos a ganar la banda de los Cuatro Vientos.
MISS VALENTINE: ¿Unos piratas normaluchos van a vencer a la banda Baroque? Lo dudo mucho, me juego lo que sea a que todos tus amigos están ya muertos.

Moi le da una patada en la barriga a Miss Valentine y la estampa contra la casa de cera.

MISS VALENTINE: (Escupe un poco de sangre) ¡¿Cómo cojones me has levantado?! ¡Peso 500 kilos ahora!
MOI: Lo primero de todo, no subestimes nuestra fuerza, nosotros no somos unos piratas normales.

Moi se acerca lentamente a Miss Valentine.

MOI: Y segundo, te he dicho que esta batalla la voy a ganar yo.

Continuará...

jueves, 1 de junio de 2017

ONE PIECE RE: BIRTH Capítulo 11: El hombre de cera

ONE PIECE

RE: BIRTH

CAPÍTULO 11:
EL HOMBRE DE CERA




Alisabeth, Ari, Jeireddin y Edgard están disfrutando de la comida mientras el gigante Broggy les cuenta su historia.

BROGGY: Veréis, Dorry y yo éramos los capitanes de una banda pirata de gigantes que provenía de Elbaff, los dos éramos increíblemente fuertes y nuestra tripulación nos admiraba, pero un día empezó la disputa por ver quién de los dos era más fuerte. Dejamos Elbaff para venir a esta isla y pelear hasta que demostremos quién es el vencedor.
ARI: Entonces, ¿Dorry está en esta isla también?
BROGGY: Así es.
JEIREDDIN: ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que os separasteis de vuestra banda?
BROGGY: Ya han pasado 100 años.
ARI: ¡¿100?!
EDGARD: Los gigantes viven mucho más que los humanos.
ALISABETH: Elbaff, la tierra de los gigantes... suena bien, me gustaría ir allí algún día.
ARI: Broggy, yo creo que deberíais dejar de pelear y volver con los vuestros, podéis ser amigos de nuevo.
BROGGY: Ni hablar, solo uno será el capitán y ese uno soy yo, tengo que vencerlo.
JEIREDDIN: ¿Cuándo vais a luchar?
BROGGY: Hoy mismo. (Se levanta)
JEIREDDIN: ¿Te importa si lo vemos?
BROGGY: Adelante.

Broggy camina hacia una parte de campo en la que no hay muchos árboles, por lo que se puede luchar bien ahí, Alisabeth y los suyos le siguen.

BROGGY: Hemos quedado aquí, espero que no tarde.

Mientras, donde se encuentran Dorry, Miry y Cristian.

DORRY: Bueno, me he de ir, tengo un asunto pendiente.
MIRY: Ah, vale, nosotros en acabar de comer nos vamos.
DORRY: Que os vaya bien.

Dorry se levanta y va al mismo sitio donde se encuentra Broggy.

DORRY: Hola, ogro rojo.
BROGGY: Hola, ogro azul, ¿preparado para perder?
DORRY: No he estado tanto tiempo entrenándome para nada.
BROGGY: A ver si consigues aguantar al menos un golpe.
ARI: Esto se va a descontrolar... Son demasiado grandes.
EDGARD: No como François.
JEIREDDIN: Jajajaja, puto Edgard.


Los dos gigantes empiezan la batalla, están unos minutos peleando con todas sus fuerzas pero ninguno consigue asestarle un golpe al otro, se nota que están al mismo nivel.

BROGGY: Jeje, estás cansado ya, y se te nota.
DORRY: Deja de hablar y pelea.

La batalla sigue pero aún no hay vencedor, de pronto, los dos gigantes son cubiertos por una enorme capa de cera y se quedan inmóviles como unas estatuas.

ALISABETH: ¿Cómo? ¿Quién ha sido?

Un hombre aparece por detrás, tiene unas gafas y el pelo en forma de 3, va acompañado de una joven que parece una pintora.



MR. 3: Toma ya, jejeje, tenemos dos gigantes, ¿cuánto crees que nos darán por ellos, Miss Goldenweek?
MISS GOLDENWEEK: No lo sé... ni me importa. 

La joven coge una galleta de una bolista y le da un mordisco.

MR. 3: Qué sosa eres.
ALISABETH: ¿Quién eres tú? ¡Devuélvelos a la normalidad!
MR. 3: Soy Mr. 3, y no tengo por qué obedecer las órdenes de una desconocida.
MISS GOLDENWEEK: Acabas de revelar tu identidad, pedazo de idiota.
ALISABETH: Si no lo haces por voluntad propia tendré que obligarte.

Alisabeth desenvaina rápidamente su espada y se impulsa con una ráfaga de aire hacia donde se encuentra Mr. 3, cuando va a hacer el primer corte el hombre crea un gran muro de cera que le protege.

MR. 3: Jejeje, este es el poder de la Doru Doru no mi, la fruta de la cera,
ALISABETH: Maldición, no puedo cortar este muro...
MR. 3: Vamos, Miss Goldenweek, haz lo tuyo.
MISS GOLDENWEEK: Vaaale. (Suspira)
Miss Goldenweek pinta un símbolo de color negro en la espalda de Alisabeth, con su pincel.

ALISABETH: ¿Y esto?
MISS GOLDENWEEK: Negro de la traición.
ARI: ¡Vamos Alisabeth, tú puedes vencerlos!

Alisabeth vuelve con Ari, Jeireddin y Edgard y les lanza un pequeño tornado, pero lo esquivan.

JEIREDDIN: ¿Pero qué haces?
ALISABETH: No controlo mis acciones.

Alisabeth ataca con su espada a Edgard pero éste se convierte en humo y evita el golpe.

EDGARD: ¡Quieta!
ARI: ¿Será por...?

Ari mira a Miss Goldenweek y se fija en su paleta con colores.

ARI: Hay que ir con cuidado con esa chica...
JEIREDDIN: ¿Ha sido en serio por el color? Joder, vamos a intentar borrarlo. ¡Alisabeth, no te muevas!

Alisabeth huye.

MISS GOLDENWEEK: Es inútil, el negro de la traición hace que el afectado haga todo lo contrario de lo que sus compañeros quieren que haga, no os obedecerá.
JEIREDDIN: Llamad a los demás.
EDGARD: Voy.
MR. 3: ¿Hay más intrusos? Tendré que avisar a Mr. 5 y Miss Valentine.
???: No hará falta.

Un hombre de piel oscura y gafas de sol aparece.

MR. 5: Ya los hemos localizado.
MR. 3: ¡Mr. 5, qué bien! ¿Cuántos son?
MR. 5: Hemos visto a una chica peliazul con una barra y a un chico con un martillo, pero no hará falta que hagamos nada, seguramente los haya devorado ya un dinosaurio. Y también hemos encontrado a un chico rubio con flequillo y un perro, pero Miss Valentine se encargará de él.
MR. 3:  Perfecto, no tienen escapatoria.
ARI: Cris, Miry, Moi y Yoshi... ellos están en problemas.
JEIREDDIN: No te preocupes, seguro que saben arreglárselas solos.

María aparece junto a Ester y Pier.

MARÍA: ¡Chicos, venimos a ayudar!
JEIREDDIN: Menos mal.
MR. 3: ¡Ella es la traidora que me ordenó matar Mr, 0!

María va armada con un látigo y se dirige a atacar a Mr. 3, pero Alisabeth se pone en medio.

MARÍA: ¿Alisabeth?
ALISABETH: La chiquilla me ha pintarrajeado.
MARÍA: Oh no, los poderes de Miss Goldenweek...

Miss Goldenweek se pone detrás de Ester y Pier y les pinta en la espalda un símbolo amarillo y otro azul, respectivamente.

MISS GOLDENWEEK: Amarillo de la risa y azul de la tristeza.
ESTER: ¡Jajajaja, vamos a palmar aquí, jajajajajaja! (Se cae al suelo de la risa)
PIER: ¿Por qué tuve que existir? Ojalá me pisoteen... (Se acuesta en el suelo y se coloca en posición fetal)
MARÍA: ¡Chicos!

Mr. 3 aprovecha que todos están mirando a Ester y Pier y cubre con cera a Ari, Jeireddin, María y Edgard, pero éste último se hace de humo de nuevo para evitar ser convertido en estatua.

EDGARD: Mierda... nos van ganando...
MR. 5: Yo me encargaré del hombre de humo.

Edgard vuelve a su forma humana y Mr. 5 se saca un moco, lo hace una bola y se lo lanza a Edgard, cuando el moco impacta en el doctor se crea una explosión que lo lanza varios metros atrás.

MR. 3: Das asco, Mr. 5.

En la casa de cera, Moi ha cogido un extraño objeto de cristal que le ha parecido bonito y se lo ha guardado en el bolsillo. Al salir, Yoshi y él ven a una mujer rubia con un parasol.


MISS VALENTINE: Hola, rubiales.
MOI: ¿Y tú quién eres?
MISS VALENTINE: La que te va a aplastar hasta que mueras.

Miss Valentine salta y cae encima de Moi, al cual le empieza a faltar la respiración.

MOI: ¡¿Cómo puedes pesar tanto?! ¡Si eres súper flaca! ¡Dueleee!
MISS VALENTINE: Es el poder de la fruta Kilo Kilo no mi, la cual hace que pueda aumentar mi peso en kilos pero sin modificar mi aspecto, ahora peso solamente 300 kilos, así que ve preparándote para lo que se te viene encima, jeje.

Continuará...