miércoles, 31 de mayo de 2017

Naruto, el mandato del 6º Hokage. Capítulo 9: Bum bum. ¿Deidara?

Capítulo 9:
Bum bum. ¿Deidara?

Era de noche, allá a las 9. Un teléfono suena muy fuertemente en el laboratorio. Edgar estaba solo, Arnau ya estaba estable por lo tanto no necesitaba una atención continua. Edgar cogió el teléfono que se situaba al lado de su consulta.

-Al habla Edgar.¿Quién es?
-Edgar, soy Raúl.
-¡Ah! ¿Qué tal Raúl? ¿Qué necesitas?
-Estamos llegando a Konoha desde el país del hierro, hemos conseguido eso...
-¿Enserio? ¿Pero lo tenéis todo?
-Bueno, todo no, pero si lo necesario.
-Entiendo... ¿Entonces que hacemos?
-¿Podrías hacerlo esta noche?
-Si, creo que si. Aquí no hay nadie y además el único que está es Arnau, pero dudo que pueda enterarse de nada en su estado.
-Vale, pues yo te aviso cuando estemos muy cerca del laboratorio, pero entraré yo solo.
-Si, entendido. ¿Cómo lo lleváis?
-Está en unas vendas de sellado, pero una vez allí lo puedes guardar en el depósito.
-Vale, perfecto pues, aquí te espero hasta entonces. Adiós Raúl.
-Adiós.

Edgar colgó el teléfono. Se retiró adentro del quirófano y empezó a preparar materiales esperando la llegada de Raúl.

La Luna estaba llena. Era preciosa pensaba Miry, quién no podía dormir y decidió dar una vuelta por la parte norte de Konoha cerca de su casa. Se sentó en un banco a mirar la Luna, pensando en sus cosas y si, aún le daba vueltas a lo de Edgar, no sabía que era lo que ocurría y eso le hacía pensar demasiado en poder descifrarlo. Miry escuchó ruidos, como si alguien se acercara hacia ella. Esta se escondió en un arbusto cercano y se dedicó a observar quien podía ser. 
-(Lleva un uniforme del ANBU, pero no consigo ver la máscara... Si consiguiera acercarme un poco solo... ¡Espera! Es Raúl... ¿Pero donde irá a estas horas? Además estaba en misión se supone... ¿Y si salgo y le pregunto? No... No, si lo hago tal vez la cague... Pero podría seguirle... Si. ¡Decido! Le seguiré a ver donde va...).

Miry empezó a seguir a Raúl desde las sombras intentando evitar que este notara su presencia.
-(Va al laboratorio de Edgar... ¿Que irá a hacer ahí? ¿Irá a ver a Arnau?).

Edgar salió del laboratorio y empezó a hablar con Raúl.

-Edgar, alguien me ha seguido, no se quién es pero puede ser alguien cercano al Hokage. 
-Entiendo Raúl. Pasa, yo me encargo de quién sea, si lo haces tu solo harás más que ruido y empezarán a llegar agentes. Lo haré en silencio.
-Entendido. ¿Te espero allí entonces?
-Si, y ves preparando lo tuyo, he dejado una camilla para ello.
-Entendido.

Raúl entró al laboratorio. Miry escuchó todo esto. Estaba asustada. No sabía que hacer. Si salía corriendo Edgar la alcanzaría rápidamente con su kekkei genkai, pero si se quedaba Edgar la podría rastrear con su sharingan y podría llevarse una buena bronca... 

-¿Qué haces aquí Miry?-le preguntó Edgar-.

Miry se estremeció. No sabía como reaccionar.

-Pues... Esto... Yo...
-Venga, vuelve a casa chica, es tarde y encima mañana tendrás que empezar a entrenar para lo del ANBU. Venga, ves a tu casa y a dormir.

Miry no sabía como había podido colarle tan fácilmente a Edgar una escusa tan simple. Miry asintió y decidió ir a casa. Abrazó a Edgar como despedida y este se fue hacia el laboratorio.

Una vez dentro, fue hacia el quirófano donde Raúl le esperaba.

-¿Quien era?
-Miry, se ve que te habrá visto entrar en uno de sus paseos nocturnos y te habrá seguido para ver con quien ibas.
-Vaya... ¿Y que has hecho?
-He fingido que como no sabía que ella estaba aquí por seguirte y le he recomendado ir a casa. Y aunque lo ah hecho creo que sospecha algo.
-Bueno... Bien. ¿Empezamos?
-Si, sácalo.

Raúl abrió las vendas y dejó al descubrierto un cadáver de un joven rubio con un largo cabello. Este tenía un especie de sello en la parte superior del pecho, donde se situaba el corazon. 


-Vale Raúl, voy a ponerte la anestesia local. 
-Si.

Raúl se tumbó en su camilla. Edgar le inyectó la anestesia en el pecho a Raúl.
A continuación, se dirigió a quitarle el sello de el pecho al cadáver arrancándole la piel de donde se situaba. Cuando lo consiguió, le hizo un corte a Raúl en el pecho y le insertó el sello. Una vez cosido, Edgar empezó a acumular chakra curativo con el elemento madera en sus manos para curar rápidamente las heridas y que Raúl pudiera recuperarse cuando antes. 

-Te va a costar a aprender a usarlo.
-Lo se Edgar, pero lo necesitaba, gracias por habérmelo implantado... Nadie lo hubiera hecho aparte de Orochimaru.
-De nada Raúl, lo que sea por un compañero.
-Si, igualmente.
-Pero esto no puede salir de aquí, por favor, ya sabes lo que le pasó al último que empezó a hacer esto...
-Si, no te preocupes. Pero. ¿Que vas a hacer con Deidara?
-Lo guardaré en la parte del deposito que solo yo tengo acceso al igual que con otros.
-Vale, perfecto.
-¿Quieres pasar la noche aquí?
-No gracias, iré a casa.
-Vale, si pasará algo ven enseguida que te ayudaré.
-Vale, gracias. ¿Cómo va Arnau?
-Esta estable, sufrió un duro ataque.
-¿Y ya se sabe quién ha podido ser?
-No, pero tengo una sospecha...
-¿Cual?
-Temo que sea un usuario del rinnegan.
-¡¿Cómo?! ¡Es imposible! El rinnegan de Madara fue sellado y el único que lo posee actualmente es Sasuke Uchiha... Y dudo que pueda haber sido él.
-No, Sasuke es imposible que haya sido. Pero se que ha sido alguien con el rinnegan.
-¿Y cómo lo sabes?
-Sus heridas eran iguales que las que poseían los cuerpos que Nagato poseía como Pain. Son heridas que no curan por si solas ya que están hechas por receptores negros. Además... Encontré uno de estos dentro de Arnau...

(Muestra de los clones de Pain con los receptores negros).

-¿En serio?
-Si, mira.

Edgar se volteó y recogió el receptor de un cajón donde estaba guardado.


-Ya veo... ¿Entonces que hacemos?
-Hay que informar al ANBU, puede que estemos contra un enemigo del nivel de Madara Uchiha...

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