miércoles, 5 de julio de 2017

DEREBAND Cap 13

Eliawain, Moi y Ari llegaron a un punto muerto. Una pared se cerraba ante ellos. En el medio de la sala había una estatua de un guerrero y en ella, una inscripción.

 Lem tocó la pared. 
─Maldita sea... ─se quejó mientras palpaba la pared en busca de un pasadizo oculto─. Tiene que haber algo...
Eliawain fue a otra de las paredes para buscar algun mecanismo y, entre dientes, murmuró todos los hechizos de revelación que conocía. Nada funcionó. 
─¡Joder! ─gritó Lem furioso.
─¡Venid! ─dijo Ari que había estado examinando la estátua, buscando algo que les pudiese ayudar─. Aquí dice que la clave está en el acertijo.
Los tres miraron la inscripción con curiosidad.



CUÁL ES UNA PALABRA DE CUATRO LETRAS

QUE TIENE TRES AUNQUE SE ESCRIBE CON

SEIS MIENTRAS TIENE OCHO RARAMENTE

CONSTA DE NUEVE Y NUNCA SE ESCRIBE

CON CINCO.


La clave está en el acertijo.
No busques fuera lo que está dentro,
solo tienes que pensar diferente.



─Entonces, si decimos esa palabra, ─preguntó Lem─  ¿la puerta se abrirá?
─Eso creo ─respondió Ari.
─Debe de tratarse de un hechizo de palabra... ─dijo Eliawain.
─¿Y qué palabra puede ser? ─se preguntó Lémoilas.

***

Stert miró a su oponente y cogió su lanza con las dos manos. Su posición de batalla tenía el centro de gravedad bajo, por lo que esperaba a que la atacara. Si aquella asesina quería que la atacase, no lo haría de forma convencional.
La jinete se inclinó hacia delante en una posición de ataque y con la mano libre tocó la jabalina que llevaba en la espalda. Sonrió. Seguía allí. Volvió a mirar a su oponente. Ermi seguía sonriendo, imperturbable. Stert dió una vuelta de 360 grados girando a toda velocidad su lanza por encima de su cabeza. Entonces, con una rapidez inusitada, sacó su jabalina de la espalda y la lanzó con toda su fuerza hacia la asesina. 

***

Los tres estaban sentados en el suelo mirándose entre ellos. Lem había escrito un montón de palabras y sus sinónimos en el suelo y seguían sin resolver nada. 
─Es imposible ─dijo Lem rompiendo el silencio─. No hay ningun término que reúna esas características. 
Lem se levantó y volvió a leer la inscripción. 
─¿Cuál es una palabra de cuatro letras...? ─leyó en voz baja.
De repente Eliawain se levantó y leyó la inscripción.
─¡No es un acertijo! ─exclamó─ ¡Es una afirmación!
─¿Cómo? ─dijo Ariwen levantándose.
─Sí, mira ─dijo Eliawain señalando la inscripción y leyendo─. ≪Cuál (es decir la palabra "cuál"), es una palabra de cuatro letras. Que (la palabra que) tiene tres. Aunque (la palabra aunque) se escribe con seis. Mientras...≫
─Vale, vale ─dijo Ari─. Ya lo he pillado.
─¿Estás diciendo que hemos estado intentando resolver un acertijo que no tiene solución? ─preguntó Lem atónito.


***

Ermi se inclinó hacia atrás y esquivó la punta de la jabalina con un movimiento rapidísimo. Parecía que el mundo entero fuese a cámara lenta. La asesina se giró y miró a Stert con una sonrisa. Sin embargo, la jinete se había movido, anticipando que la asesina esquivaría su ataque, y ya no se encontraba en su posición inicial, sinó que se encontraba a medio metro de la asesina, con la punta de su lanza preparada parra clavarse en el cuerpo de Ermi. No dudó un instante. Atacó a la asesina y esta abrió mucho los ojos cuando el arma de Stert la atravesó. 

***

Ninguno de los tres sabía qué hacer. ¿Cómo pasarían aquella prueba? Ari se había sentado en el suelo y miraba al techo como esperando que este le revelara la respuesta a su problema. Eliawain se rascaba la cabeza pensativo mientras pensaba en que hacer. Lem miraba al suelo y se apoyó en la placa, con una cara de desesperación que ropía el alma. En ese momento, la placa se movió bajo la mano de Lem, que se asustó y la retiró. Los ojos huecos de la estatua se iluminaron y la enorme figura de bronce apartó un pie descubriendo una escalera que bajaba hacia las entrañas de la tierra. 
≪La clave está en el acertijo≫ ─recitó Ariwen.
─Qué suerte tienes, Moi ─dijo Eliawain.
─La verdad es que si ─respondió Lémoilas con una ancha sonrisa.



***

─Maldita... ─dijo Ermi desde el suelo en medio de un charco de sangre─ has empezado fuerte desde el principio, no me lo esperaba...
─Nunca te confíes ─dijo Stert limpiando su arma─. Una lucha corta siempre es mejor que una larga.
─Si hubiese ido a tope desde el principio... ─dijo la asesina─ ¡seguro que no me habrías vencido!
─No pienses en lo que podría haber sido y no es ─replicó Stert mientras cogía su jabalina clavada en la pared─. Céntrate en el ahora. 

***

Los tres guerreros siguieron avanzando por el pasadizo de piedra iluminado por antorchas hasta que llegaron a una enorme puerta de madera de roble. 


─Están ahí dentro ─dijo Lem─. Lo siento en los huesos. Ayudadme a abrir la puerta.
Entre los tres, consiguieron abrir la pesada puerta y entraron a una estancia enorme, mucho más grande que por las que habían pasado. 


En el centro, una mesa y sentados a su alrededor había dos hombres y una mujer. Los tres se levantaron cuando los vieron entrar. En seguida supieron quienes eran Fillat y Sigrid. Lem avanzó hacia la mesa. 
─Fillat, es hora de que respondas por tus crímenes.
─¿Y serás tú quién me lo haga pagar?
Lem se giró y miró a su alrededor. 
─Nadie más se ofrece voluntario ─sonrió mientras agarraba la empuñadura de su katana. 

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